sábado, 31 de diciembre de 2011

Conclusión

La boca me sabe a whisky barato y a carne molida. Sospecho que algún pedazo de lo que en vida fue una res, debió haber sobrevivido al cepillo de dientes.

La mañana me sorprende con una inconfundible canción de Fanny Lu, que no por convicción sino por costumbre, la alcanzo a identificar entre los ruidos de la lavadora, la secadora y la aspiradora.

Me duelen mucho las articulaciones debido a la absurda ingesta de licor del día anterior, y me tiemblan las manos por el efecto de los energizantes que me bebí esperando darle balance a un cuerpo, que sinceramente, ha sido un laboratorio de reacciones depresivas últimamente. En fin, cualquier cosa que me distraiga de la realidad es bienvenida. Sea buena o mala.

Mucho ha cambiado últimamente en mi vida. El día en que abandonaré Ecuador se acerca, y no sé si es alegría o miedo lo que siento, porque últimamente vienen en par a visitarme. Un nuevo trabajo que no contempla la posibilidad de cagarme los días. Lo digo porque es un trabajo nocturnol.

Escucho a todos decir que será un gran año el que se avecina. No sé si lo dicen para contrarrestar la profecía Maya, o porque la esperanza siempre está por estrenarse en un nuevo año. He llegado a plantear la existencia de la esperanza como un fénix. Muere en Diciembre y revive en Enero. Empiezo a sentir que la cabeza, y no el corazón, me late.

Las uvas, la champaña, los invitados y la cena. Los juegos pirotécnicos, la cuenta regresiva, los abrazos a las 12. El baile, el whisky, el chuchaqui. Todo en ese orden desde tiempos inmemorables. Tradiciones que no mueren ni morirán. Celebrar otra vuelta del mundo alrededor del sol, y creer que por eso tenemos derecho a una página en blanco.

Por el momento, la tonada está muy oscura. Y no quiero hacer mucho por cambiarla. El próximo año (es decir mañana) me equivocaré un par de veces al escribir la fecha, seguiré en la lucha con premisas de derrota, porque nadie le puede ganar al tiempo, y me reiré de lo patético que resultará este texto cuando nuevamente la vida vuelva a sonreir. Porque como lo leí ayer, “Extraño mucho tus sonrisas. Pero extraño más las mías”.

Ahora solo me queda levantarme de esta cama, que ha sido mi excusa incontables veces para un cambio. Una pierna de cerdo me espera en la cocina, una llamada que no llegará y una cascada de recuerdos a combatir.

No es como lo planeé. Es como es.

Un abrazo a todos.

martes, 27 de diciembre de 2011

El Nuevo Himno

Créditos
Inspirándome en el texto “Proyecto Liquid Paper” http://www.larepublica.ec/blog/opinion/2011/12/27/proyecto-liquid-paper/ del genial Xavier Vizcaíno (@xavoviz) y la comedia “La comisión” http://www.youtube.com/watch?v=Wi9_bz7QWEU del grupo argentino Les Luthiers, viene a continuación, aunque de menor calidad, el siguiente texto que recoge de forma humilde, las reflexiones de este servidor en cuanto al proyecto revisionista “Mayoría Gana” del Gobierno Nacional de la república feudal de Banania (aka Ecuador).


El Nuevo Himno


Año 2013
En vista de que el mundo no se acabó, y que los Mayas nos pegaron un susto del putas, el gobierno nacional del Ecuador ha reflexionado acerca del pasado (aprovechando que es año de elecciones y que la verdadera verdad está en lo que piense la mayoría y no en los hechos) y ha resuelto el siguiente cambio.


Decreto Oficial #0035


El presidente constitucional del feudo, digo de la república, aprueba por dedocracia los siguientes cambios al Himno Nacional del Ecuador (Osea la canción que ponen en el estadio antes de que juegue la tri).


Quedando constancia de que los cambios se hicieron luego de consulta popular, el nuevo himno (con ritmo un poco más tecnocumbiero) será utilizado a partir del día de hoy en adelante, en todo acto público y, aunque no haya clasificado al mundial de brasil, cuando juegue la selección también.


(Prohibida la reproducción, parcial o total de esta obra por medios impresos, fotomecánicos, interneddddd, y en especial en “El Universo” sin la debida autorización y comisión de la revolución ciudadana)


Autoría: Anónimo (no anonymous)
Música: La misma del Toño Neumane
Interpretación: Pueblo Nuevo feat. Calle 13




Himno Izquierdoso Nacional del Ecuador


¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!
¡muerte al CIDH!
¡muerte al CIDH!
Ya tu pecho, tu pecho rebosa
gozo y paz, como el círculo rosa
y tu frente, tu frente radiosa
más que el gol que le hicimos a Brasil
y tu plata, tu plata valiosa
Ni el Vera, ni el Lasso, ni el Gil(mar).

Los primeros los hijos del sueldo
que, soberbia, al Pichincha la demaaaanda
te aclamamos magnánimo líííííííder
Verteremos la sangre por ti.

(Hol)Ger miró y aceptó el holocaaaaauuuusto
y esa sangre fue excusa perfecta
de un golpe de estado bien falseeeeeta (¡Fernando!, ¡¿Quién escribió esta injuria?! ¡Que me la cambien ahorita!)
vio en tu torno a (40) millones surgir,
(tatata tatata tatata tatata) *Así sonó la bodega del GIR
Trajimos a Dahik.
(tatata tatata tatata tatata) *Así sonó la noche del 29+1s
Solo falta el Jamil.
(Tan Ta Tan)

¡Salve, oh Mashi, mil veces! ¡Oh Mashi!
¡gloria a ti!
¡gloria a ti!
Carreteras que son de primera
No hay salud, pero hay calles arreeeechas
Con el Corcho desde la asamblea
Muy felices vamos a vivir
Pues la Patria hoy ya es de tooooodos
Los que somos de Alianza PAIS.
(Chan Chan)


*Todos gritan “Hasta la Victoria Secr…Siempre”


Fin.


Pd: Si quieren el himno en Quichua/Kechua pídanle a la Lourdes que de traduciendo. Gracias.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Te juro que…

- ¿Jura usted decir toda la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad?

- Sí. Siempre y cuando me convenga.

La mayoría de textos y escritos vienen dados por la inspiración de un momento de crucial valor para el escritor. Otros vienen por la investigación profunda de un tema que el autor quiere dar a conocer. Finalmente están aquellos que se sienten obligados a escribir sobre tal o cual tema por un sentido de convicción a cierta causa. Precisamente este texto, nada tiene que ver con las 3 causas anteriores.

Se inventa el juramento por la falta de credibilidad de una persona como garantía del cumplimiento de una promesa. Cualquier otra definición, les juro, que está mal.

A los largo de la vida nos encontraremos jurando. Unos juran fidelidad y otros, amor. Nosotros, los más giles juramos ambas, con lo que condenamos a nuestro mejor amigo (no al perro) a una vida de monogamia para complacer a la amante de turno. Otros más giles juran lo mismo pero hasta que la muerte o un juicio de divorcio, que al parecer son lo mismo, los separe.

Aquellos compadres de lo ajeno, juran inocencia al oficial, al juez, al abogado y a la reportera. A la víctima, en cambio, se la juran.

Tenemos a las damas le juran al noviecito que son vírgenes. Señoritas, no es pecado comer sin bendecir la mesa. Lo único que nos interesa que sea virgen, es el aceite de oliva.

Tenemos a las que juran que no se han acostado con otro tipo. Un gran ejemplo de eso fue María, que le puso los cachos al José con 2 tipos al tiempo. Bueno al menos ella se los puso con el Alfa y el Omega, no con el vecino. Al taita del Hércules le debió haber pasado lo mismo.

También están los que juran por “dios” que ese será el último monaguillo que se comen.

Tenemos aquellos que juran respetar la constitución, pero terminan usando sus páginas para limpiarse el trasero. Otro, peores aún, le “tunean” a su gusto. Unito juró con biblia en mano salvar a la patria, así que desde que los bancos “juraron” devolver los ahorros, muchos se la tienen jurada.

Recordemos al que juró “Pan, Techo y Empleo”. Enemigo jurado de otro que juró que regresaría con una camisa, un pantalón vaquero y una canción en un barco llamado libertad.

Están los que juran que saben, pero que a pesar de eso no rinden los exámenes. Hay los taitas que juran que sus hijas son lo más lindo que ha pisado la tierra. Dentro de ellos está el papito de la representante de los que no quieren dar los exámenes.

Uno juró morir antes que perder la vida, y seguimos esperando a que cumpla lo uno o lo otro. A otrito en cambio le dijeron que no le había jurado al presidente, es decir que lo in-juró. ¿Qué? ¡Ah! Perdón, ha sido que lo injurió. Falla técnica.

Muchos guaguas pasan repasando la jura de la bandera durante semanas de calcinante sol o lluvia, y justo en las horas de educación física. Esos repasos, les juro, que se deberían hacer en las horas de religión. Muchos papitos aplauden como focas amaestradas cuando el hijo se arrodilla a besar la tricolor mientras el inclinado jura largarse del país y no volver.

Están los luchadores, que juraron defender los colores de su equipo, pero que siguen sin que la patria los premie. Hay otros que en cambio, por defender los colores de su equipo, es la “patria” la que los demanda.

Y finalmente, el resto nos encontramos en el grupo de los “Te juro que no lo vuelvo a hacer”.

Así que cuando alguien les jure algo, pueden abofetearlo sin misericordia. Se los juro.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Elección de Reina de Quito: El concurso de belleza sin bellezas

Todos nos encantamos con las historias que publicaron los diarios el día de hoy. Que se vivió una fiesta de gala, que fue una noche mágica, que todas son bellas candidatas por dentro y fuera, que fue una pena la interrupción del grupo anti-taurino, etc.

Bueno, esa es su función, llenar de adornos y elogios al nuevo capítulo de la elección de reina de Quito. (Salud y aplausos).

Pero, veamos a donde llegamos tras este escrito que expresa lo que todos ustedes dijeron el día de ayer en la noche.

La elección Reina de Quito, no es para determinar cual candidata es la que mejor trabajará por la ciudad. Es un concurso de belleza, popularidad y seamos sinceros, de amarre. “¡Joven! ¿Cómo va a decir eso?” Espere un momento señora, déjeme explicárselo.

Creo firmemente que las candidatas al lanzarse al certamen de belleza, lo último que quieren es abrazar al niño mocoso del albergue, con el cual tendrán que posar para la foto del patronato. Si fuera así, se meterían al concurso “Monjitas de la Caridad 2012”. Pero no, se metieron a Reina de Quito. Es bastante conocido que mientras menos feo es uno, más oportunidades tiene en la vida. Por eso no me verán en Mr. Ecuador ni en Mr. Simpatía. Talvez en Mr. Alcohólico Anónimo, pero ese es otro tema.

La fundación efectivamente ayuda a muchos niños con síndrome de down, lo cual es un ejemplo de caridad y filantropía. Perfecto hasta ahí. Pero para hacer lo correcto, no necesito desfilar en traje de noche, en traje de baño, y en traje “de lo que se le ocurra este año a los diseñadores”. Para hacer algo por la ciudad, si es que ese es un motivo válido y gratificante (que dudo que lo sea) solo es necesario ayudar al prójimo. Así como dijo Jebús, ese man de la biblia.

Entonces nuestra elección se convierte en concurso de belleza, en el cual no siempre gana la más bella. Esperen un momento. Entonces ¿qué tipo de concurso es? Ahí es donde entra el muy respetado, antiquísimo y bastante conocido amarre. ¿Qué es el “amarre”? Pues no es otra cosa que la negociación previa del puesto en cualquier ámbito de la vida. Parecido al que usted hizo para entrar de una a gerente de la empresa por los contactos de papi. Ah, ¿no fue usted? Perdón, se me hizo carita conocida. En fin. Sigamos.

Este año nos encontramos con 12 candidatas. No digo bellas candidatas porque la Estéfani Espín no se lanzó para candidata (porque les daba 3 vueltas) así que quedaron 12. Como los 12 apóstoles, pero menos barbudas. Algunas. Se presentaron, dijeron sus actividades favoritas, y se vendieron ante un público que parecía que se atrasaba a la novela. Excepto las barras de cada candidata. Resulta que mientras más fea eres, más gente tienes que llevar. Algo así como una ley de compensación.

El Cristian Norris fue el ángel de la noche. No, no de piedra, de negro estaba, porque era un evento formal. En todo caso, fue quien presentó al evento junto a Estéfani si-te-lanzabas-fijo-ganabas-Espín.

Las candidatas desfilaban por el escenario ante la atenta mirada del jurado. No haré ningún símil al respecto con esa oración. El evento transcurría de forma normal, es decir bajo la crítica inmisericorde de todos los televidentes que lo único que nos importaba eran 3 cosas:

1.- Que ojalá gane la más guapa.

2.- Que al menos “unita” se tropiece

3.- La ronda de preguntas.

En mi opinión ganó la más guapa, así que no hay reclamo en ese sentido. La más fea quedó de Srta. Amistad, y le dieron ese título porque aún no han inventado el de Srta. Buena Letra. Las Srtas. Patronato, Confraternidad y Simpatía son las que no ganan, así que nadie las recuerda.

No recuerdo que ninguna haya tropezado, porque mientras veía el evento también estaba en twitter leyendo lo que decía el Arturo Barriga, que era lo que la mayoría pensábamos (link al tweet aquí https://twitter.com/#!/arturobarriga/status/139540099045130240 )

Así que llegamos a la ronda de preguntas.

Antes de seguir adelante, debemos sincerarnos y aceptar que tenemos una versión mala, bien mala de nosotros, la cual espera que cuando les pregunten algo a las candidatas, estas hagan el favor de sumarse al club de las reinas bobas. Sí, usted que está leyendo esto, sabe que es así. ¿Qué? ¿Tampoco es usted? Bueno, me habré confundido de nuevo.

Las preguntas se sortearon con anterioridad, y les fueron entregadas a cada una de las participantes. Me parece que hacen un negocio en camerinos. Es decir:

Candidata X: “¡Yo quiero ese vestido! ¡Me haría ver taaaaaan bien!”

Candidata Y: “No mi reinis, ese es mííííío. Aunque me queda un poco apretado”

Candidata X: “Hagamos una cosa. A mi me tocó una pregunta bien fácil. Yo te doy mi pregunta si tu me das tu vestido”

Candidata Y: “Ay sí porfis! Me salvaste”

(Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)

Entonces una vez prestas a contestar las preguntas tuvimos un abanico de personajes que en ese momento tomaron posesión de cada una de las chicas. Una candidata la vi inmolarse del espíritu de Adolf Hitler, y me asusté un poco. Otra chica parecía que le iba a dar un colapso (No, no un botellapso de Pepsi) mental, con lo que me recordó al Jamil cuando le dio el derrame y posteriormente nos jodió a todos. Otra bastante simpática me hizo acuerdo a Einstein. Sí tenía una simpática barriga. Y así.

Luego vino la elección del rostro Yanbal, el cual elije a la más guapa a pesar de que no haya habido amarre. Es decir, la Srta. Amistad no podía acceder a ese título ni a bala. (Si me encuentran desmembrado en varias fundas de basura en un botadero en Zambiza, ya saben a quien pueden culpar).

Y finalmente la coronación de la Reina. El alcalde Augusto Barrera se encargaría de ponerle la banda, aunque si hubiera sido yo le cambiaba la banda de reina por un chaleco antibalas. Es más estético (ninguna alusión a lo segura que es nuestra ciudad ahora).

Anunciaron a la Srta. Andrea Callejas (que ya había ganado “Rostro Yanbal”) como nueva Reina de Quito. Debió ser por su respuesta de que la solución para Quito era poner basureros. ¿Será que el papá tiene una empresa de basureros? No importa. Se abrazó con sus compañeras, le pusieron la corona y los amigos que llevó fueron a abrazarla. Fin.

Ah cierto, un grupo de anti-taurinos se subieron al escenario a protestar por los derechos del toro. Yo pensé que era la barra de la Srta. Amistad, que le apodaban “Toro” pero no ha sido asifff.

jueves, 10 de noviembre de 2011

La Paja y la Cultura

Primero, y para que no hayan equivocaciones en cuanto a este escrito, definiremos (yo definiré) el concepto a tratar.

Paja: 1.- Tallo seco de ciertas gramíneas

2.- Masturbación

Como el asunto de las gramíneas nos importa poco (a menos que seas agricultor o un caballo que aprendió a leer) nos concentraremos en la segunda definición y solo en cuanto a los hombres, pues todos sabemos que una mujer JAMÁS lo haría. Y si lo hiciera JAMÁS lo contaría. Y si lo contara JAMÁS lo corroboraría. Y si lo corroborara sería contratada para una “HotLine” o para dictar seminarios de sexo. (Es joda. Arriba las mujeres que se masturban) Arriba vivo yo.

Los expertos (no en pajas, sino los científicos) han hecho nuevos descubrimientos en el área, y han desmitificado algunos preceptos que se tenían como ciertos hasta el año 2002. Aquí algunos de ellos:

No te salen pelos en la mano por masturbarse... sino escamas. Esto se pudo comprobar al hacerle una entrevista a Reptile (Mortal Kombat) quien antes era hermano de Johnny Cage.

La masturbación, contrario a lo que digan las organizaciones de jóvenes pro-jalón, sí te puede dejar ciego. El riesgo que se corre es leve, y depende del ángulo, aceleración del fluído, velocidad del viento y calentura en que el individuo se encuentre en el momento de dar fin a dicho acto. En otras palabras, es recomendable utilizar gafas de seguridad al realizar la tarea previamente discutida.

Se tiene como verdad absoluta, que el exceso de paja ayuda en el juego Guitar Hero. Para saber el nivel de “calentura” de tus invitados invítalos a que jueguen “Through Fire and Flames” de Dragonforce. Si pierden a los 10 segundos, seguramente tienen novia. Si acaban la canción en perfect, lava la guitarra antes de utilizarla nuevamente.

No importa lo que nadie te diga. Si vas al baño, y después de terminar de “hacer del 1”, la sacudes más de 3 veces, ya cuenta como una paja.

Pero la palabra puede llevarse a ámbitos que poco o nada tienen que ver con el sexo. Por ejemplo, un “Pajazo Mental”, no significa un movimiento constante de las manos desde el cuello hasta el límite Parietal-Frontal con posterior estornudo. Nada más alejado de la verdad. Tal combinación de palabras, no son más que el ingenioso modo de ilustrar una serie de pensamientos nada tienen que ver con la realidad y jugar con ellos para recibir un placer infundado.

Tenemos también el término “Impajaritable”, que bajo ningún concepto alude a pensar en que tal criatura u objeto está imposibilitado de hacerse o recibir una paja. Muchos incultos han acuñado el término para referirse a personas sin extremidades superiores o extremadamente feas.

La palabra “Pajarito” ha sido totalmente desviada de su origen para referirse a casos de eyaculación precoz, o para el admirable y respetado “rapidito” (no confundir con las sopas instantáneas).

La cultura está al alcance de todos nosotros, y no tenemos más que buscarla para expandir nuestros horizontes, derribar las barreras que nos impiden el constante aprendizaje y dejar de leer huevadas como esta. Muchas gracias.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Lo pasado, ¿pasado?

Hoy fui a visitar al pasado. No tuve que ir muy lejos. Al parecer se ha mudado conmigo y recién me acabo de enterar. El pasado. Ya saben. Ese tipo de barba blanca que camina a tu lado, se sienta junto a ti en el bus de camino al trabajo. Ese que se acuesta contigo y te hace sonreír. Pero no te hace gozar. Ese que se acuesta contigo y te acompaña a llorar.

Me contó de viejos errores. Me habló de ti y de tu sonrisa. Me dijo que solo existimos en el ayer. Vivir de la memoria es un delicioso bocado de anestesia. Un placebo reservado para los cobardes. Un alimento diario para mí. ¿Recordar es volver a vivir? Sí. Para los que le tienen miedo a vivir. Para los que no se mueren por miedo a morir. Para los que caminamos mirando atrás.

Ese tipo me ha acompañado desde que tengo memoria (Es decir, desde los 14 años más o menos). Se niega a revelarme mi infancia. Esa etapa es como estar borracho. Todo el mundo la recuerda excepto uno. La tengo que buscar en fotos, en historias que me cuenta la gente. La tengo que buscar en videos de fiestas infantiles, en mi certificado de nacimiento. La busco en unos dibujos animados, en una torta de chocolate, en una piñata destrozada. La busco en la peor de las nostalgias. En aquella que añora lo que nunca sucedió.

Y digo que es un tipo porque una mujer no podría ser tan cruel. ¿O sí? Talvez está ahí el problema. ¡Eso es! El pasado es una mujer. Una señora gorda y sin dientes. Sabia como una abuela. Pilas como una puta. Misericordiosa como un vampiro cagado de hambre en una playa nudista.

Me acompañaba en las noches en que las cobijas y pesadillas cubrían mi cabeza. Cuando esa Golden Retriever dejó de ladrar. Cuando el abuelo dejó de respirar.

Su mano estaba en mi hombro cuando aquella niña me dejó plantado en el cine. Ahora ese recuerdo me saca una sonrisa, pues me enseñó una importante lección de vida. Cuando esa otra niña me dijo “sí”. Cuando los viejos se separaron. Cuando el mundo decidió seguir volviéndose inhabitable.

Y digo mujer porque un hombre no podría ser tan olvidadizo. ¿O sí? Talvez ahí está el problema. ¡Eso es! El pasado es hermafrodita. Y debe tener unos lentes de botella y aliento a whisky barato. Un/una loco/a que al abrir la boca para decirte lo que no quieres escuchar con ese aliento a borracho/a, ese olor a verdad fermentada, inexorablemente te aleja y te persigue.

Ahí estuvo en mis caminatas de madrugada por Quito. En un año nuevo que ya es viejo y prefiero no recordar. En las fiestas con mis amigos. En las constantes fiestas con nadie más que yo.

Con él estuve. Perdón, con ella estuve. Momento. Bueno, con ESO estuve cuando había tanto que decir. Cuando callé por prudencia. Cuando caminé a las 3 de la mañana frente a sus casas con ganas de gritar. En los almuerzos con la familia. Cuando vomité el alma en esa esquina. Cuando vomité sobre otras almas.

Y digo que tiene que ser hermafrodita, porque este último vaso de whisky me vuelve borrosa la capacidad de darle un mejor calificativo.

Y antes de salir de su hogar, que a fin de cuentas es el mío, le agradecí por el tiempo compartido. Me sonrió con una mueca esquiva y me hizo una promesa que no pude entender. Y de paso le hice una oferta que no pudo rechazar.

martes, 18 de octubre de 2011

La inmutabilidad del siglo XXI

El día de hoy ví una noticia que realmente me molestó mucho. No fue la noticia, sino su contenido lo que me indigno. Y no soy alguien que se indigna por huevadas. (La noticia y el video lo pueden ver en el siguiente link http://www.teleamazonas.com/index.php?option=com_content&view=article&id=16435:transeuntes-ignoran-a-nina-atropellada-dos-veces&catid=42:actualidad-portada&Itemid=91 )

Trataba acerca de una pequeña niña de 2 años, la cual fue atropellada 2 veces sin que nadie se inmutara por ello, y durante 7 minutos al menos 10 personas que pasaron a su lado, ni siquiera reaccionaron frente a lo que estaban presenciando.

Sé que el servicio social es a mí, lo que la planificación familiar a un conejo con sobredosis de viagra. Nunca estuvo en duda, tal tema, pero sí el egoísta factor de que me causó un escalofrío en cada parte del cuerpo.

No creo posible el ver que atropellan a una niña, y solo pasar a su lado, impávido e imperturbable. Dentro lo hijueputa que puedo ser con el género humano en especial, creo que estas cosas rayan en lo enfermo. ¿De esto estamos hechos los seres humanos? ¿De un resaltado quemimportismo para con el prójimo? Al parecer, así es. Y digo quemimportismo por no decir valeverguismo.

Muchos podrán decir que mi posición es algo pesimista. Que este es un caso en un millón. Puede ser cierto, pero ¿En qué difiere esa niña del pobre mendigo al que dejamos de verlo a los ojos hace 1 año? ¿2 años? Peor aún.

Todo lo que alguna vez nos causó un escalofrío por lo injusto de la situación, una erizada de pelos por lo impactante del hecho, un “salto” del corazón por lo terrible de la escena, cada día se va volviendo un “¿otra vez?” pues la costumbre nos mal acostumbro a dejar de sentir. A ver y no reaccionar. A caminar dormidos.

Recuerdo reirme a carcajadas con el dicho de “El hombre es el lobo del hombre” que repetía mi profesor de sociales. Hoy ya no río. Al menos ya no por eso.

Nos alarmamos porque el servicio de BlackBerry se derrumba durante 3 días. Alzamos nuestra voz en protesta hasta alcanzar una respuesta que bien o mal nos satisfaga. Pero no hacemos nada frente a la extinción de los pueblos indígenas en la mal llamada “amazonía ecuatoriana” por el avance de los programas petroleros. No hacemos nada frente al desalojo de familias en la zona de Rio Grande. No hacemos nada frente a nada. Punto.

Somos una raza con gran potencial de sentir empatía. Y el problema yace en la palabra “potencial”. Alguien con potencial, es alguien que en el presente no tiene eso que debe desarrollar para adquirir. Así mismo, podemos ser potencialmente piadosos, y actualmente una mierda. No tiene por que ser contradictorio lo que digo. Es la cronología de una naturaleza aún “en veremos”.

La niña fue “rescatada” por una mujer que recogía basura en la zona, después de que una docena de individuos la pasó por alto. Finalmente, murió 3 días después.

No hablo de que talvez, si el primero que la vio antes de que el segundo auto la atropelle, se hubiera comedido en ayudarla, ella hubiera sobrevivido. Talvez el primer impacto fue el más fuerte y sin importar lo que se haya echo, ella hubiera fallecido de todos modos. No hablo de nada de eso. Me pregunto cuantos de estos casos suceden a diario en todo el mundo sin que exista una cámara que registre la escena, y por eso no los conocemos.

Y mientras hechos terribles como estos sacuden mi ya asqueada conciencia, en los TT (Topic Trends) de twitter se habla de la #Sabliza. Definitivamente, quiero que el fin del mundo llegue lo más pronto posible.

viernes, 14 de octubre de 2011

La razón vs. la pasión

¿Conformarse con la persona correcta o amar a la persona equivocada?

Todos nos hemos encontrado en este dilema. Sí. Todos.

Este tipo de fenómeno ocurre casi siempre en una etapa avanzada de la relación. O sea, en Quito a los 4 o 5 meses de que el hombre “se declaró” a la dama en cuestión. Y es posible ser experimentado por cualquiera de los 2 involucrados. Inclusive, por ambos al mismo tiempo o en diferentes épocas.

El amar a la persona que sabes que no te conviene, a pesar de ser una contradicción de la naturaleza humana (osea la estupidez) es algo muy común. Como el niño que a pesar de la advertencia de su madre, mete la mano en el fuego por la curiosidad. La diferencia es que la quemadura luego de la advertencia, en el primer caso, deja un ardor interno y una herida imposible de ver. Pero aún así somos tan obstinados en continuar con esa persona que, con intención o sin ella, nos hace daño. ¿Pobrecitos nosotros? No. ¿Pendejos? Sí.

Tenemos en el otro polo a la persona más correcta y adecuada para ti. Pero simplemente no “sacude tu mundo” como tu quisieras. Por lo tanto se vuelve aburrido y tú terminarás jodiendo al o la pobre cristiano/a que tomó un salto al vacío por ti.

No hay imbécil más grande que aquel enamorado de un prospecto inconveniente. Simplemente la razón no entra en la ecuación. La terquedad a la que nos sometemos, eso sí autoinducida, es sorprendentemente sólida. Como sólida la piedra con la que nos damos en la trompa luego de despertar del sueño.

Nadie aprende en cuerpo ajeno. No sé quien lo dijo, pero seguramente fue la conclusión de una estupidez similar a la que estamos tratando en estas líneas.

Entre, aburrirse con la persona ideal, y lacerarse el alma con la equivocada ¿Qué elegimos? Fácil. La segunda. ¿Por qué? No lo sé. No soy un puto psiquiatra. Pero según la experiencia de este humilde servidor, es por la emoción. Ni siquiera por los sentimientos. La emoción de que esa persona a pesar de ser un alfiler debajo de nuestras uñas, nos brinda eso que nadie más puede. Puede ser compañía. Puede ser dinero. Puede ser sexo. Puede ser mil cosas, que a nuestro criterio de embobe mundial, la o lo vuelve la/el único/a proveedor/a de lo que necesitamos. Y la ley de oferta y demanda explica bastante bien la relación existente en esa situación.

Entonces, ¿Por qué alargar el proceso sabiendo que al final de todo, te joderán? Por cobardes. Saber que mañana te cortarán un dedo es peor que saber que lo amputarán al final del mes. Porque no estamos acostumbrados a enfrentarnos a nuestros problemas y terminamos alargando la agonía mucho más de lo debido. Mucho más de lo soportable. Exprimimos lo que más podemos de nuestro aguante hasta quedar secos y ser arrojados a la basura por nosotros mismos. Alargamos la ilusión sabiendo que no es real.

No hablo de conformarnos con Mr./Ms. correcto/a a pesar de no sentir ni un mal pensamiento de él o ella. Hablo de ser coherentes con nosotros mismos. Ya comienzo a sonar a libro de autoayuda, así que culminaré pronto antes de ir a vomitar.

La vida es absurdamente corta para vivir en un espejismo La mayoría de personas se ilusionan con el potencial de alguien, y no de la realidad de ese alguien. Cambiar a alguien es más jodido que hacer que la tierra gire en reversa. Cambiar, a ese alguien por alguien mejor es tan sencillo como bajarte del bus equivocado, y tomar el correcto. O por lo menos tomar el que te acerque más a tu casa.

Pero sé que un texto no hará la diferencia en su dilema. Así que salud por ustedes que siguen al otro lado del río. Y salud por mi anterior YO que dejó de acompañarlos hace algún tiempo.

martes, 11 de octubre de 2011

En contra de la infidelidad

El siguiente artículo es mi primera publicación (y esperemos que no la última) para la revista SOHO. Salió en la edición 104 de la revista SOHO Ecuador de Septiembre/Octubre del 2011.

Primero, cambiemos de una vez por todas, el concepto de fidelidad. No se es fiel. Se está fiel. La fidelidad no es un título, como en el ejército cuando dicen “Soldado un día, soldado toda la vida”, sino un estado que diría más o menos “Fiel un día, ya veremos mañana”.

Endosarle tu libertad a una mujer tiene muchas cosas positivas. No, no es joda. Muchas personas creen que actualmente la fidelidad es algo propio de los equipos de sonido, y no de las personas. Específicamente de los hombres. Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel al género femenino.

Debemos pensar en términos económicos. Puedes serle fiel a tu esposa, porque es lo correcto, pero haberla dejado de amar años atrás. Pero no puedes amarla y serle infiel. ¿Por qué? Porque en el juicio de divorcio, eso no cuenta como argumento de defensa, huevón, y quedarás solo, y con la mitad de tu dinero. Además de que actualmente los tiempos de crisis, afectan al bolsillo del hombre promedio. Traducción: apenas nos alcanza el dinero para tener una mujer. No se diga dos.

Cuando uno es fiel, se contribuye al decrecimiento de suicidios femeninos. Es cierto. Por lo menos los causados al lanzarse de un edificio. Muchas se botan de un sexto piso creyendo que lo que les pusieron fueron alas, no cuernos.

Las razones de salud son bastante fuertes y debemos tomarlas en cuenta. Muchas veces decimos que nuestra mujer casi nos mata de iras. ¿Para qué queremos otra? ¿Para que termine de matarnos? Primero muerto, antes que perder la vida. Tomemos en cuenta que la fidelidad, además de garantizarle a tu mujer que no le romperás el corazón, te garantiza a ti que no te romperán la trompa en caso de que tu suegro sea ex-militar o boxeador. Y si es mafioso, por ahí te pueden ir rompiendo… el orgullo.

El serle fiel a tu esposa, elimina la tediosa labor de tener que pedirle siempre que se disfrace de la vecina para poder hacerle el amor. Y la tediosa labor de un divorcio (véase sus consecuencias en el tercer párrafo)

La no tan santa sede, mediante las tablas de la ley que entregó diosito en persona a Moisés, porque en ese tiempo no había fax ni blackberrys, condena al adúltero. Por ende, si no quieres arder en las llamas del infierno, es mejor negocio no romper el mandamiento. Puede que por ser fiel, mueras del aburrimiento. Pero no morirás al estilo del Gabo García Moreno (para los incultos, a machetazos). Por lo menos no, si es que vives en Manabí.

Y para terminar, siendo esta la más sencilla de las razones, tenemos a la lógica como una poderosa aliada. La infidelidad te identificaría con una canción del grupo de bachata “Aventura” y eso ya es castigo suficiente. (Escuche “los infieles” y péguese un tiro)

Fe de erratas: Después de la publicación de este artículo y una cachetada debo hacer, y por “voluntad propia”, la siguiente rectificación. Donde dice “Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel al género femenino” debe decir “Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel a mi novia”.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El Chulla Quiteño (la canción) explicada al siglo XXI

Alfredo Carpio Flores

¿Qué les dice ese nombre? Talvez a los más entrados en años les pueda traer un recuerdo.

A mi no me decía nada, hasta hace poco. Resulta que el caballero en cuestión es el autor de la canción más cantada del Ecuador. Sí, más que el Himno Nacional porque esta incluso (y a veces con más fuerza) se la canta estando borracho. Y todos sabemos que ese es el estado natural del quiteño que se respeta.

“El Chulla Quiteño” es un pasacalle bastante alegre que se enseña desde la escuela, se recuerda desde la niñez, se atesora desde la adultez y se canta desde la ebriedad. No pude encontrar la fecha exacta de la composición de esta canción, pero estimo debe haber sido finales del siglo XIX o inicios del XX.

Me enfoco en la época aproximada para hacer un pequeño análisis entre lo que ha cambiado del entonces Quito colonial con su chulla quiteño, y la sarta de baches en la que vivimos y el quiteño silvestre de ahora.

“Yo soy el chullita quiteño

La vida me paso encantado,

Para mi todo es un sueño,

Bajo este, mi cielo amado.”

Empezamos bien en la estrofa, pues seguimos siendo chullas. Conversadores, iconoclastas, sapos, ingeniosos y antihéroes por excelencia. Lo de que para nosotros todo es un sueño, sigue siendo así. Un sueño, y no en el sentido romántico, sino en el sentido de metas inalcanzables. Y lo del cielo amado, según las fotos de Jorge Anhalzer, no sé de donde lo sacaron.

“Las lindas chiquillas quiteñas

Son dueñas de mi corazón,

No hay mujeres en el mundo

Como las de mi canción.”

Las chiquillas quiteñas han ido cada vez siendo más lindas. Debemos agradecer ese cambio estético a la mágia de las cirugías en parte. Y la mayoría de quiteños, tienen endosado el corazón a una de sus coterráneas. Y eso de que no haya mujeres en el mundo, como las de su canción es discutible.

“La Loma Grande y La Guaragua

Son todos barrios tan queridos

De mi gran ciudad,

El Panecillo, La Plaza Grande

Ponen el sello inconfundible de su Majestad”

La Guaragua, y mientras alguien no me de un tour por ese barrio, es solo un grito alcohólico del 1 al 6 de diciembre por la plaza de toros. El Panecillo (ese sí existe) se lo puede ver desde todos los rincones de la carita abollada de dios. La plaza grande dejó de ser grande, y se volvió la clase de los predicadores bulliciosos, los abuelos sin hogar, las prostitutas de la zona (osea las que trabajan en Carondelet) y las putas respetables.

“Chulla quiteño,

Tú eres el dueño

De este precioso

Patrimonio nacional

Chulla Quiteño

Tú constituyes

También la joya

De este Quito Colonial.”

Y de esa última estrofa no voy a decir nada. No me gusta comentar las mentiras.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Eres lo que escondes

Para conocer a la gente, generalmente se lee su biografía. Pero ¿estamos realmente leyendo quien fue? No lo creo. Lo que hiciste no refleja lo que fuiste. Tan solo suele ser una consecuencia, y no proporcional, a lo que quisiste ser. Creo que me estoy enredando un poco aquí. Déjenme explicarme.

¿Qué es lo que nos lleva conocer a alguien? ¿Cuál es esa pequeña voz que nos dice “Sí, yo lo/la conozco bien”? ¿La de una biografía? ¿La de un reportaje? Les apuesto una botella de Johnnie Walker (rojo, porque no me alcanza para el negro) a que lo que encontrarán en todo ese tipo de publicaciones e historias es una fachaleta que cubre la mierda de la que están hechas las personas. Unas más, otras menos.

Es curioso el ser humano. Nadie, jamás, en ninguna entrevista hablará de sus falencias, sus derrotas, su porquería en general. Todos nos queremos vender como la mejor versión de nosotros mismos, pero escondiendo que somos lo peor que podemos ser la mayoría del tiempo.

Misses hablando de su amor por los niños con hambre, presidentes, asambleístas, rasgándose la vestimenta al tiempo que hablan de que cambiarán al país para bien, o morirán en el intento (si cumplieran con la clausula, la asamblea y Carondelet sería una casa de fantasmas). Curas predicando la palabra del “señor” mientras un monaguillo bajo el pulpito les da todo el placer que con “fé” se negaron a tener. Deportistas, que se jactan de su buen rendimiento, pero que su adicción a tal o cual droga solo se ve reflejada en las entrevistas con un “formato estándar de respuesta”. Periodistas incapaces de cambiar el “formato estándar de pregunta”. Políticos en general, “padres de la patria”, que bien merecido tienen el nombre, pues la patria ahora es la puta sin proxeneta con la que todos se acostaron y nadie pagó.

Nadie revelará jamás su lado oscuro (y digo lado oscuro para darles crédito de que tienen uno bueno). No es bueno para el negocio. La gente necesita creer que la vida es buena, bondadosa, llena de oportunidades para el correcto, y eso es precisamente el peso que debe soportar la ilusión. Una ilusión sostenida por la corrupción en todos su ámbitos. Una ilusión sostenida por el dinero, la apariencia, y los espejos de la vida.

Si no se hubiera descubierto el escándalo del notario Cabrera, ¿qué habría dicho su biografía? Partiendo de esa premisa, me pregunto ¿cuantas historias de asco hay detrás de cada persona? Insisto, unas más otras menos. Seamos sinceros. ¿Quien en su no tan sano juicio quisiera conocernos, o peor aun amarnos si de buenas a primeras nos mostráramos como somos? (Inserte la palabra que pensó, es decir la palabra “NADIE” con su propio tono de voz, aquí).

Pero no me permitan juzgarlos, sin antes juzgarme. Lo hago a diario. Un ejercicio no tan saludable de recordarme lo poco útil que he sido “a la sociedad”, lo malo que puedo llegar a ser cuando quiero, lo vago que soy así no quiera y el poco ejemplo que puedo darle al público en general. No vine a juzgar, solo a escribir lo que veo.

Si en algún momento en un futuro muy lejano, leen una biografía mía, no se dejen engañar por lo que algún estafador les dirá de mí. No crean lo que digan esas hojas aunque sea una autobiografía, pues solo les mentiré.

Y bueno, si decimos que se enseña por el ejemplo, dejemos a un lado todos los arcoiris que recubren cada una de las personalidades que habitan este grano de arena que algún tarado le dio por llamarlo “Planeta Tierra”, y desnudémonos.¡Esperen! No se quiten la ropa. En especial tú, el de la prominente barriga. Ustedes señoritas, pueden proseguir si gustan.

¿Quién soy en realidad?

Nadie.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Por un polvo…

¿Quién no ha hecho todo por un polvo? Y no digo, por amor, porque en ese campo hay mucha demanda y muy poca oferta. Digo por un polvo. Llámenle canita al aire, tire, cobrar, un palo, remojar el bizcocho, etc. Yo le digo polvo porque suena “menos peor”.

Creo yo que por lo menos el cien por ciento de los hombres. Sí los gays también son hombres, así que el cien por ciento de los hombres y punto. ¿Qué me da esa seguridad? Talvez todas las historias escuchadas a lo largo de mis precoces 23 años (el próximo mes 24 así que espero un regalo como los que mandaba a Estefani Espín su stalker). Todos se han gastado medio, sino todo su sueldo en los mecanismos de seducción, llámese regalitos, chocolates, escopolamina o lo que les funcione a ustedes. Y hablo de los hombres, porque para las mujeres es mucho más sencillo. Con tal de decir “vamos a mi departamento”, tendrán a 10 babosos que no chistarán en decir sí, asintiendo con la cabeza. Con ambas.

Un hombre lo hace por dos razones. La primera es por el placer de añadir una historia más a su repertorio. La segunda por el placer que representa el polvo en sí. De hecho, es más un reto personal que un placer de media hora (introduzca su duración aquí).

Entonces se lleva a cabo todo el proceso que todos conocemos, hemos practicado, y muchas veces fallado. Si se ponen a pensar, el esfuerzo puesto versus el beneficio suele ser muy alto. Talvez demasiado.

Entonces todo lo invertido, el esfuerzo, los recursos se vuelven solo un proyecto. Sí. Todo se lo hace por una promesa de un polvo. Promesa que debe ser intuida, puesto que jamás serán tan amables de decirnos con cierta seguridad el “sí” o el “no”. De hecho, muchos hemos pasado meses, e incluso años en la empresa de de volver a la promesa, un “misión cumplida”.

Desde que somos chicos, pasando por los adultos hasta los viejos. ¿Quién no se ha quedado en la puerta de una mujer esperando la invitación al edén, pero recibiendo solo un beso en la mejilla? Y digo mujer, porque somos los hombres los que esperamos en los portones, pues tenemos puntería para lo patético. Todo por una promesa de polvo. Puedo incluso imaginar, con aire siniestro, lo que piensa la mujer de turno. Y sí, es lo mismo que ustedes han pensado. “Está loco si cree que lo voy a dejar entrar. Talvez en un futuro”. Y en ese talvez es que nos esperanzamos, y trazamos los planes. Ese talvez guarda todas las esperanzas que terminarán con el primer orgasmo. El del hombre claro está.

Y un talvez de mujer vale lo mismo que una promesa de político, un repechaje contra el Barcelona de España o un brindis con licor adulterado.

Eso, mis queridos amigos, es la realidad.

domingo, 28 de agosto de 2011

Así que, ¿eres original?

Tomando una ducha, de esas que duran 5 minutos de media hora, me encontraba pensando acerca de lo irrepetibles, especiales y únicos que somos en el mundo. Mientras cerraba los ojos, y el agua tibia caía en mi espalda me sentí el dueño del mundo. Por lo menos el dueño de mi baño por fugaces instantes. Luego de una reflexión que no llevó más allá de lo que se termina el gas y vuelve a caer el agua fría, volví de mi utopía para enfrentarme con lo que venía venir: Nadie es original.

Desde el inicio de los tiempos han aparecido personas como ninguna otra, que reinventan el término humano y nos aportan cosas nuevas en todos los ámbitos. Pueden ser bueno o malos, pero jamás irrelevantes. Mientras esas escasas personas hacen los más grandes cambios en el mundo, nosotros vamos por la vida orgullosos de la poca cosa que somos.

Y es que, jamás nos detenemos a pensar que no somos únicos e irrepetibles. Tan solo un producto de la causalidad, el contexto sociocultural, el clima, el nivel socioeconómico, las capacidades personales de nuestros padres y algunos valores no cuantificables. Somos un rompecabezas hecho de piezas que correspondían a otras personas. Somos una agrupación de experiencias creadas por otros. Vividas por otros. Somos una imagen copiada de otras imágenes.

Mientras me miraba al espejo (metiendo la barriga) me colocaba gel en el cabello. ¿Por qué lo hago? – pensé. ¿Quién me dijo que debía peinarme de este modo? ¿Quién me impuso la forma de vestirme de tal o cual forma? ¿Soy yo el creador de mí mismo? – Volví a pensar. La respuesta se hizo demasiado obvia.

Te ves, como ese anuncio en esa revista te dijo que deberías verte. Besas, como lo viste en una película. Caminas como camina ese tipo que tiene mucho más autoestima que tú. Tiras como lo viste alguna vez en una porno. Utilizas los cubiertos como los utilizaban tus viejos. Fumas, como aquel vaquero del comercial.

Salí a la calle intentando recuperar el breve egocentrismo que había experimentado momentos antes bajo un chorro de agua que seguramente ya había caido sobre hombres y mujeres qu ya pensaron esto mucho antes que yo. Agua que dice ser potable. Decidí engañarme y caminé erguido, orgulloso de sentirme “diferente” al resto que van con las modas. A tres esquinas de donde empecé la historia, me encontré con un tipo que tenía la misma camiseta “original” que yo tenía. “Elegir esa prenda de vestir me dice algo acerca de él. Podríamos parecernos más de lo que te puede indicar una camiseta” pensé. "Seguramente algún tipo con sus zapatos, objetivos e ideas se cruzará por su camino tres cuadras después, y será la copia de otra copia".

Cada experiencia creada por alguien más, es un pedazo de lo que tú eres. Nadie es quien quiere ser. Somos lo que nos dicen que seamos. Somos lo que nos conviene. Lo que nos gusta. Lo que podemos.

No existe nada más en la vida que repeticiones de lo que ya fueron otros. Y con más o menos piezas que nuestros antecesores, caminamos como engranajes fundamentales de un espejísmo.

En esencia, la mayoría de nosotros somos eso que ya existió. Una repetición actualizada del pasado.

¿Crees que eres único? ¿Crees que eres original? Mira a tu alrededor. Piensa de nuevo.

jueves, 18 de agosto de 2011

El mundo vs. las mujeres

Menores de edad, treinteañeras, pasadas los cuarenta y abuelas (no hablo solo del ámbito sexual por si acaso exista algunita que desee demandarme o cumplir alguna fantasía prohibída no por la ley de la moral sino la del Ecuador). Con mucho dinero, con lo justo. De carnes perfectamente balanceadas, de bustos que luchan con la gravedad, de gran volumen abdominal. Cabello corto o largo. Blancas, negras, morenas, rubias y pelirrojas. Con cabello negro. Made in Ecuador, de exportación o importadas. En relaciones, solteras, madres de alguien, hijas de alguien. Todas y sin excepción alguna, sin importar lo que digan, comparten no un rasgo, sino una imposición legada por sus madres, y las madres de sus madres. Y sus viejos también.

Nuestras mujeres se encuentran en una lucha diaria consigo mismas. Sí, a veces ganan batallas importantes, como darle celos a su ex con ese vestido que les costó la mitad del sueldo o un aumento de salario el cual es proporcional a la disminución textil de su ropa. Pero, ¿vale la pena los constantes sacrificios que realizan a lo largo de sus vidas por alcanzar la estética universal? Operarse los senos (No se quien se inventó el término “chichis” para que suene “menos peor” pero pudo haber sido una mujer que no se encontraba a gusto con su par), hacerse una abdominoplastia, pasar 5 horas en una peluquería para una fiesta de 3 horas, usar tacones de 10cm para terminar con los pies demolidos, o una máscara de maquillaje diaria. Son concepciones que las tenemos como normales. ¡Hey! También era normal en nuestras culturas precolombinas deformarse la cabeza, arrancar el cabello de mechón en mechón a las mujeres a punto de casarse en algunos sitios de Africa, o en la antigua China deformar los pies porque era más estético.

Lo normal no siempre es lo correcto. De hecho, la mayoría del tiempo no lo es. Y no me guío bajo un código moral. Para eso están los de Derechos Humanos, los curas y los curuchupas. Utilicemos el cerebro.

Empiezo diciendo que no estoy en contra de que se pongan bonitas. Es siempre apreciado una preocupación por lucir bien. No caigamos en la exageración. Tuve una novia que en su cumpleaños fue a la peluquería durante 3 horas, para luego salir de ella, llegar a su casa mojarse el cabello, despintarse el rostro, llorar 15 minutos, y volver a hacerlo todo de nuevo porque no le gustó. Parece que las fotos de la noche le preocupaban más que su disfrute del cumpleaños. Cabe mencionar que no hubo ningún disfrute esa noche. De ninguno de los dos.

Todos los comerciales ya sean de prensa, televisión o Internet “invitan” a las mujeres a bajar de peso, tener un mejor cabello, deshacerse de sus arrugas, poseer pestañas con más volumen (Porque sí nos importa las pestañas…), piernas menos pálidas, senos (Sí, SENOS) más firmes, trasero menos caído, vientre más plano, etc. Nadie está en contra de que tengan cuerpos saludables. Pero de ahí a que digan que están gordas el 70% del tiempo es otra historia. (El otro 30% es cuando están dormidas. Y si no sabemos lo que piensan durante el día, peor aún cuando duermen).

El mundo les dice todos los días que si no tienen el cuerpo de Jessica Alba, la colección de ropa de Sarah Jessica Parker o el cabello de Rapunzel, están perdidas. Y ustedes se lo creen. Punto. Y que conste que Rapunzel no siguió ningún tratamiento de 3543 vitaminas ni compró Herbal Essences.

Su competencia va más allá de la vieja supervivencia de conseguir al macho con más señales de dominancia, recurso y mejores genes. Su competencia es tácita, homogénea y no declarada. Como la guerra fría de las faldas. Y nada tienen que ver los escoceses aquí. sNota: Aquel hombre que aún piensa que su novia se puso guapa para salir, porque va a estar con él, vivirá engañado.

No se trata de ser la mujer de catálogo de Victoria’s Secret. Es por todos conocido que necesitan alimentar su ego con cumplidos y miradas (no digo indiscretas porque para eso somos pésimos todos los hombres). No esperamos que lo sean. Cuando decimos “mujer perfecta” entramos primero en una contradicción, y no es lo que piensan. La perfección a la que nos referimos no se mide solo con cinta métrica.

Con la pregunta inicial no pretendo acercarme a un exterminio del sexo opuesto. Sino me refiero a la esencia de su feminidad, que es a la final lo que fueron de niñas, son ahora y serán después de la menopausia. Escotes y minifaldas son muy apreciados el día de hoy, pero totalmente sobrevalorados. He conocido mujeres con nada más que ofrecer que un lindo par de piernas (y que buen par). Y créanme, ningún hombre puede amar un fémur aislado. Por más tibia y peroné que vengan luego de.

Pero hagamos un balance de piernas (o la extremidad que más le guste) y cabeza. La personalidad, en mi humilde opinión, es a la final lo más preciado. En todo sentido.

No solo les decimos mujeres porque carecen de un apéndice que dispara ADN a la mínima señal de estímulo. Si es por esas, cualquier travestí podría serlo. Son mujeres porque quieran aceptarlo o no, tienen una madre adentro de ustedes, una chica de 23 años que solo desea tener sexo, una abuela cansada, una guerrera que no arruga ni en piscina (el ejemplo va para hombres, pero bue…) y una niña que espera y se merece un príncipe.

No pierdan lo que son. No permitan que el mundo les quite lo que amamos de ustedes. Y por favor, no dejen de tener 23 años.

domingo, 14 de agosto de 2011

Así pasa cuando sucede

Hay días en que cada acontecimiento calza perfectamente con el siguiente como si de una canción de 16 horas continuas sonara a la perfección. Eso es considerando que usted duerma las 8 horas que le recomendó su doctor, o la revista que estaba ojeando mientras esperaba su turno en el banco. Hay otros en los cuales cada acción es un hecho aislado. Días en que nuestra perfecta sinfonía de sincronización y cronología se asemeja más a una mezcla aleatoria de un dj bajo los efectos de licor de los Ríos y un porro.

No importa la clase social en la que se encuentre usted. La variación de los días no respeta esta condición. Un día los semáforos pueden ir de verde en verde, las calles libres de autos, y “We are the champions” suene bajo un Freddy Mercury que sonríe desde algún paraíso gay. Otros, se le derramará el café en la única camisa planchada que tenía, a su novia se le atrasará el período y en la radio no sonará nada más que Fanny Lu o Justin Bieber.

Muchos le atribuyen este efecto dominó, de malos eventos seguidos a “levantarse con el pie izquierdo” o la desalineación planetaria. Si usted se encuentra en este grupo, la solución será atarse el pie derecho a la pata del velador. Tienen el mismo efecto dormir abrazado a una pata de conejo o llevar un rosario bendecido por los 15 últimos Papas. El resultado será el mismo. ¿No me creé? Arránquele la pata a su conejo, y mire si al siguiente día tiene un buen día.

Por otro lado, estamos los que sabemos que esta variación de condiciones no se debe más que a las decisiones conjuntas de las personas, las cuales como una cadena invisible nos afectan a todos. La decisión de un tipo en la china, puede que haga que usted el día de mañana le compre rosas a su mujer o le parta la cara a alguna chica. Tenemos al Bolillo de ejemplo. De buen ejemplo.

El hermoso planetita en que vivimos se encuentra bajo leyes que nos afectan. Unas serán excelentes, y atribuiremos nuestro genial desempeño al shampoo anticaída, la energía del anillo de los 7 metales del Walter Mercado, o al libro pirata de autoayuda que leímos ayer. Talvez no sean tan buenas en algún día determinado y nos resignemos a que “tenemos mala suerte” o que el tipo invisible que vive en los cielos y casi ahoga a todo el mundo una vez que se emputó, piensa que no es lo mejor para nosotros.

Les aseguro que este lunes llegarán tarde al trabajo, le echarán la culpa al tráfico o al Barrera (pues ambos se prestan como excusas perfectas por lo inútil de su existencia). Trabajarán 5 de las 8 horas, llegarán tarde a casa nuevamente por los chivos expiatorios antes mencionados, le llevarán un sobre a su novia con las facturas del mes y se sentarán a ver el noticiero mientras piensan que “mañana será otro día” como los convenció Topo Gigio en su infancia. Es que la estupidez humana no conoce límites, y en especial la de los hombres ha logrado descalibrar las alarmas, procrastinar en el trabajo, anular la existencia de las floristerías y desaparecer los libros del mundo.

“Life is what you make of it” (La vida es lo que haces de ella)

Y por favor, no le echen la culpa al stress, que eso se cura con un polvo.

lunes, 1 de agosto de 2011

De coles a nabos

Antes que nada, debo disculparme con mi blog, ya que el tema político ha estado vetado de este espacio por razones personales, pero esta joya de texto, auspiciada por un diario pertenciente a aquel-que-no-debe-ser-nombrado (y nos es Voldemort) merece ser analizada. Dicho esto, vamos al grano. Digo al texto.

La mañana del día de hoy fue publicada en la columna de opinión del portal de diario “El Telégrafo” una nota que por título se denominaba “La doble moral del neoliberalismo” escrito por la Sra. Ketty Romoleroux G.

El escrito (que lo pueden encontrar directamente en la dirección http://www.eltelegrafo.com.ec/index.php?option=com_zoo&task=item&item_id=11387&Itemid=29 ) sostiene, mediante el ejemplo del video divulgado por internet de las chicas del 28 de mayo, que el neoliberalismo como modelo socio-económico, impone valores culturales para la decadencia.

No, no estoy desvariando. Claramente es una tesis insostenible debido a la incoherencia de características a contrastar.

Luego mediante una muy bien lograda habilidad de redacción (mas no de ideas), mete en el sancocho verbal, al FMI, la juventud, el perreo, el banco mundial, el neoliberalismo, la moral, el consumo, los maestros, el cambio social y el humanismo. Servidos.

Textos, o discursos similares se pueden encontrar en personas con desvariaciones de carácter, asambleístas y borrachos comunes (véase el FUA).

¿Como podemos decir que los valores se están perdiendo debido al neoliberalismo? Sería como decir que los jugadores de pelota nacional están desapareciendo debido a las políticas de la FEF. No hay una coherencia de ideas.

Ketty (perdón, la señora Romoleroux), dice que el perreo es un baile inmoral. No opina. Lo dice. Por ahí Daddy Yankee podría demandar a la señora por injuriar a su música (terrible por cierto) y tomarla como una perversión de actualidad. Un nuevo Alembert surgirá, y por el trámite se ganará buenas chauchas. En todo caso, la Sra. Romo habla de que el perreo tiene letras inmorales, y que provoca movimientos eróticos.

No soy coreógrafo, ni músico. Mucho menos productor, ni admirador de tal género. Solo una simple víctima más de la evolución de la música. Pero al parecer Doña Ketty, es todas aquellas para saber lo que es y no es el perreo. ¿Sabía usted que existe el perreo cristiano? Seguramente sí. ¿No lo sabía? Ok, es bueno leer un poco acerca del tema que vamos a escribir, antes de hacerlo. Solo un consejo.

¿Qué sostiene usted por movimientos eróticos? Hace 50 años lo eran los de Elvis Presley, seguramente algún contemporáneo suyo. Hace 20 lo eran aquellos de quienes bailaban la lambada, y hoy es una canción de fiestas infantiles. No le discuto lo de la letra, porque algunas sí tienen un mensaje ofensivo. Así como otras canciones de reggaeton tienen mensajes de amor, fidelidad y confianza. Al parecer a usted solo le han dedicado las primeras. No se preocupe, ya le llegaran las segundas algún día. Si gusta, le paso una memory flash con las que tengo.

Habla de la doble moral del neoliberalismo, pero no concreta. Se va por las ramas. ¿Quizás su punto a demostrar era la doble moralidad de una sociedad que exhalta y promociona la música y el baile de una cultura importada, pero que condena justamente por el uso de la misma? Le digo así como dato, que falló, pues eso nada tiene que ver con el capitalismo neoliberal. Alguien faltó a las clases de historia. Y de lógica, claramente.

Así que con su discurso de Iglesia de la Inquisición queriendo evangelizar personas de siglo XXI, solo logra demostrar el poco criterio y la limitada visión que tiene para formar parte de una columna de opinión. Ni siquiera de “El Telégrafo”.

Alejandro Castro N.

jueves, 28 de julio de 2011

Los Superheroes y los Servicios Celulares


Desde tiempos inmemorables (justamente debido a mi progresiva amnesia) la humanidad ha
creado las formas más diversas de generar riqueza mediante el uso de celulares. También desde hace algún tiempo, hemos creado superhéroes para tener a alguién a quien admirar ya que la gente y dios han perdido credibilidad. Y fans.

No tan recientemente se ha extendido y popularizado el negocio de los mensajes de

texto a números de 4 cifras para recibir cierto tipo de información (No importa si es verdadera o falsa) a cambio de un débito de saldo de nuestros apreciados celulares. Todos han mandado un mensaje para bajar un ringtones, participar en un concurso, descargar una imagen, etc. Así que este post es para todos nosotros. Giles.


“CLARO”, todas las condiciones de uso, incluyendo el costo final aparecen al final de los comerciales relacionados en letras sumamente pequeñas. Uno puede hacer el esfuerzo de vista increíble de superman, y podría leerlas acercando la cara a la televisión como voyerista en ventana de vecino (porque mientras “más cerca, más claro”), pero tampoco ayuda mucho la impresionante velocidad de flash con la que pasan dichas condiciones de uso y costo.

Pareciera tan sencillo el no mandar dicho mensaje para ahorrar capital, pero la fuerza publicitaria de la campaña del comercial, es como un “Estrellas de Brazil” vs. Deportivo “Sí se puede”. Simplemente gana el impacto visual y muchos se quedan colgados del servicio como el hombre araña de los rascacielos. Sino que aquí no hay rascacielos y lo máximo que llegamos es a rascahuevos.


Y si fuese información vital, el costo valdría la pena. Pero muchos usuarios, que terminan siendo ganado, lo utilizan para “descubrir los que los astros le tienen preparado”, “actualizarse con el chiste del día”, “recibir los consejos de belleza de la abuelita Esther (Será que en realidad resultó ser abuela de alguno de los del servicio, o solo les “sonó” a nombre de abuela?)”, etc. Pareciera la estrategia de algún malvado enemigo de la inteligencia, cual Rita Repulsa (ponga el rostro del enemigo a elección), pero talvéz solo sea un encargado del dpto. de ventas y comunicación con un iphone 4 y acné superviviente de la pubertad.

Pero “CLARO” todo comercial de “envía un mensaje al XXXX” va acompañado de modelos de Tommy Hilfiger y Victoria’s Secret. Una Mujer Maravilla de carne y hueso te intenta convencer de que al enviar tal mensaje, podrás conquistar a la mujer de tus sueños. No sean ingenuos, la verdadera Mujer Maravilla es la que después de una farra del putas, te trae encebollado, 2 aspirinas y una proposición indecente. En ese caso sí me “ALEGRO”.

Pd: no hay ninguna lusión a "MOVISTAR" porque no se me ocurrió nada. Ni para eso sirven. Simple.

lunes, 18 de julio de 2011

Mujeres

En mi corta experiencia me he topado con algunas mujeres. Cada una con sus diferencias que las hacen (que las hacían) divinamente elogiables en muchos puntos, e igualmente in-mamables en otros. Como todo ser humano. Pero observando detenidamente y en retrospectiva hay varios puntos que coinciden en muchas, por lo que en mi criterio podría decir que las similitudes nos podrían ayudar, sino a entender, por lo menos a cagarla menos.

Tome nota de las siguientes observaciones realizadas por este humilde servidor para que experimente en casa, y compruebe mis palabras a continuación.

1 - “A las mujeres no hay que entenderlas. Hay que quererlas”.

Mito

Hasta yo lo he dicho. “Mujer quien te entiende” refiriéndome a alguna ex, e inclusive a mi novia. Es más fácil usar una computadora que entender como funciona. Una mujer responde mucho más a estímulos emocionales que a estímulos físicos. Un hombre ve una mujer y se hace 1 pregunta: “¿Está rica?” con 2 opciones de respuesta “Opción A: Sí Opción B: No”. Y de ahí se deriva su comportamiento. Una mujer ve aun hombre y aparecen N preguntas en su cerebro, dentro de las cuales, las más comunes son “¿Tendrá novia? ¿Será un buen padre? ¿Me amará toda la vida? ¿Será bueno en la cama? ¿Tendremos química? ¿Me llevaré bien con su madre? ¿Ganará lo suficiente? ¿Tiene mis mismas creencias? ¿De qué conversaremos cuando seamos viejos? ¿Es emocionalmente abierto? ¿Es energéticamente accesible? ¿Les caerá bien a mis amigas?...”

Traducción: Lo que sienten, piensan y creen, es muchas veces más fuerte que la realidad.

Traducción de la traducción: Están locas.

Solución: ¡Habla con ella, idiota!


2 - “Mujer que no jode, es hombre"

Verdad

No te tenido la oportunidad de entablar una relación con una mujer con la cual no haya tenido una discusión, pelea o incompatibilidad de argumentos. Al ser diferentes ellas de nosotros, chocaremos en muchos aspectos. Por ende, la máxima expresada previamente, más que como conclusión, es advertencia. Si tiene una novia que no le ha causado problema alguno tiene 2 opciones. O le sube la falda y verifica al tanteo, con la correspondiente puteada y cacheteada, o le dice que Ricky Martin es feo. De su reacción, obtendrá la respuesta que necesitaba.

Traducción: Que su novia lo joda, es garantía de que es novia y no novio.

Traducción de la traducción: Si le dice que Ricky Martin es feo, huya.

Solución: Si no quieres que te joda, cumple tus promesas, no entregues demasiado y aunque te duela… soporta a Arjona.

3 - “Mujer al volante: Peligro constante”

Verdad/Mito

A las mujeres al inicio de toda civilización se les han dado menos derechos que a los hombres. Es comprobado que los hombres tienen más accidentes automovilísticos relacionados al exceso de velocidad. Por otro lado las mujeres cometen más infracciones a velocidades menores. ¿Y donde encontramos ese tipo de velocidad menor? En las ciudades, por el hecho de los límites de la misma.

Traducción: Las mujeres en la ciudad, son más peligrosas que los hombres.

Traducción de la traducción: Ciudad=Hombre / Carretera=Mujer

Solución: O llevas tu ipad para en viaje largo, o una buena conversación.

4 - “Si tu no cuidas tu mujer, alguien más lo hará”

Verdad/Mito

Cuando tu mujer te jode (me refiero cuando ya has comprobado que SÍ es mujer) y tu no atiendes sus quejas, buscará quien le provea de los servicios a los cuales tú te has negado. Sencillo. Con esto no quiero decir que debes cumplir sus más ínfimos reclamos y caprichos. Justamente en el exceso también está la culpa. Un balance saludable de “tira y afloja” soluciona el problema. Así de fácil. He dado poco y me han dejado. He dado mucho y me han dejado. Ahora intento no irme a los extremos y, al parecer, mi novia no tiene quejas más allá de “hablar un poco más por teléfono” o “salir a bailar más”. O al menos eso creo.

Traducción: El balance en una relación no es importante. Es vital.

Traducción de la traducción: Bueno es culantro, pero no tanto.

Solución: Detalles – Oscar de León

5 - “La fuerza hidráulica más poderosa del universo es la lágrima de una mujer.”

Verdad

Puede que una razón no mueva tu decisión, pero una lágrima de mujer, moverá tu corazón.

Traducción: Si necesitas traducción, estás más perdido que camarón en yahuarlocro.

lunes, 11 de julio de 2011

Ensayo sobre "Veinte" la novela de Rafael Lugo

Veinte
- Rafael Lugo Naranjo-
“sólo en el momento en que las personas sienten igual, las palabras significan lo mismo”

Cuando la vida nos quita el derecho de hablarle a un amigo, de abrazar a tu padre, o de besar a tu novia (o exnovia), no nos quedan más que los recuerdos. Si acaso una conversación con un allegado que no entenderá lo que es besar esos labios hechos a la medida para ti, o sentir las arrugas del viejo que son lo más parecido a terciopelo para el alma. Menos aún 2 horas de conversación de absolutamente nada y por consiguiente deducción, perfectamente de todo, con tu amigo. Con tu hermano de otra madre.

Aquí es cuando entendemos, que el recuerdo no es lo único que nos dejaron los que se largaron. Entendemos que sí podemos hacer algo por los que no están. Por los que se fueron. Y eso es hacer algo por nosotros. Dejar un testimonio de que existieron. De que aun existimos. De eso trata “Veinte”. De la muerte de la vida. De la esperanza ausente. De la alegría efímera, secuestrada por la realidad permanente.

En la introducción hable de “nosotros”, pues términos como “nos” me acercan e identifican con los que quedamos. Encontrarnos en otras personas es algo extraño y no necesariamente placentero, pues de cierta manera sentimos que no somos los raros de la vida, pero al mismo tiempo tampoco los “especiales”.

Al leer “veinte” lo primero que se me vino a la mente fue “esta historia ya me la sé”. 1er error en una serie de errores. La novela la empecé a leer desde el final (como hago con todos los libros que leo). Es decir, desde la contraportada, la cual sin miedo a ser rechazada por vulgar al utilizar términos completamente aceptables y de uso diario (todos maldecimos por lo menos 15 veces al día), te dice que será un texto en el cual te identificarás, porque el borracho, el enamorado, el que conduce a lo que dé el motor, el que escucha música “a toda puta”, ese ser mencionado, lo hemos sido todos. Todos somos una parte de Claudio, y conocemos muchos más que lo son también.

El que se haya asomado a la televisión sin ver por lo menos un par de senos falsos, que me lance la primera piedra. Y esto va también para los que no tienen ojos ni televisión, porque hasta ellos o las tocaron, o se las comentaron. Y esto es el pilar del libro. No, las tetas no por supuesto, sino la realidad. La cruda realidad que nos vende un mundo mejor, nos hace creer que las farras están llenas de mujeres esculturales, que el trago nos volverá seductores infalibles. La vida, que es la realidad, nos susurra todos los días, que la vida es solo lanzar los dados abrazados de mujeres bien proporcionadas. Lo que no te dice la vida es que primero necesitas tener los dados. Tampoco te dice que los dados tienen más de 6 lados, y que la mayoría son posibilidades que te van a doler. La vida calla. Y eso lo sabe Iñaki.

Al escribir este ensayo, con el reloj en contra cabe decir, estoy viendo el concurso anual de “Miss Ecuador 2010”. Y me siento como Iñaki. Ahora las palabras significan lo mismo. Todas las concursantes mantienen una cara sonriente desde hace 50 minutos. Se puede saber, por experiencia como cuando te tomas una foto, que la mandíbula y los pómulos les debe estar doliendo como solo ellas sabrían explicar. ¿Nos venden una imagen de niñas bonitas, siempre positivas, abiertas a todo quien se aproxime? Lo hacen, efectivamente. La imagen. Pero resulta que para mí y para Iñaki, todo eso es una mentira. El maquillaje es la máscara aceptada, y las operaciones rematan el trabajo, pues borran el pasado “imperfecto” y devuelven un ser modificado. Iñaki está cansado de eso. Pero la mayoría no, y esos son los auspiciantes del país de las maravillas.

La novela, recorre de forma cronológica los acontecimientos que antecedieron a la muerte de Claudio. O lo intenta pues los flashes del pasado, recurren permanentemente a la memoria del locutor. Y aunque es una desgarradora confesión, como lo dice el libro, el humor no queda fuera, pues no seria real el mundo de Iñaki, en el que todo se vea con pesimismo, sin el sarcasmo y el humor crudo. La consecuente risa de lo absurdo, que en este caso resulta bastante cotidiano, hace que el locutor no decida dispararse.

Es que aunque el protagonista, muestre con claridad que, como dijo Jorge Manrique “cualquiera tiempo pasado fue mejor”, tiene una esperanza. La esperanza resulta ser el tan trillado amor. Y resulta irónica la respuesta, porque al acercarse al personaje, lo más recomendable para alguien que se emborracha con fantasmas, sería el olvido. Pero no es así. El amor se antepone al olvido, y aun en la novela donde la esperanza brilla por su ausencia, la justicia es repartida por los dioses de todos los días (los cuales tampoco podemos ver, pero aun así existen, y son más reales y tienen más poder que el flaco buena onda canoso y barbudo), y donde la solidaridad es una mentira disfrazada de discurso de reina de belleza, el amor, el amor sincero, el amor que da, que se entrega y que pide a cambio tan solo la salvación a través de una frase, una mirada, o un abrazo, el amor resulta ser la esperanza para quien no creía en ella. Y la esperanza es mujer. Por lo menos para Iñaki.

Antes mencioné al humor como parte fundamental del libro. Cagarse de risa, es algo muy ordinario dirían los intelectuales. Es algo vulgar dirían las señoras cuya moral, está dictada por la apariencia (porque ellas también se cagan de risa) Y talvez lo sea. Pero es también algo muy humano. Y más que humano, algo muy ecuatoriano, pues aunque la frase aluda a “defecar por acción de la expresión alegre del alma” no se acerca en significado. En partes como cuando el nieto del presidente recibe un “lírico puñetazo” de parte de Claudio, o cuando el narrador compara la expresión de la rubia de rulos por su confusión entre un tal Xavier e Iñaki, con haberle metido la taza de café hirviendo por el lugar menos apropiado, y en contravía, cabe mencionar, uno no puede hacer más que cagarse de risa. ¿Por qué? Pues porque entendemos. Porque podemos, y talvez también, porque alguna vez hemos pensado en metáforas similares. Y los más valientes (o cojudos, porque no faltan, sino que sobran), habrán intentado alguna hazaña similar.

Pero no solo existe el humor, sino que también Lugo, toca partes sensibles del lector. Juro que dos lagrimas amagaron con salirse de mis ojos, en el bus en el que estaba mientras leía la página 17 donde describe el retorno al pasado, con el ejemplo de abrazar al abuelo muerto. ¿Quién no ha querido regresar? No conozco una persona que no quiera volver a un momento determinado. Volver al beso que nos “ahuevamos” a dar. Regresar a aquel portero y bajo la lluvia poder decir las palabras que no salieron de nuestra boca, por ese nudo traidor, que aparece cuando es menos requerido, para que la mujer en cuestión (digo mujer, porque somos los hombres los que llegamos a los porteros mientras llueve, porque tenemos puntería para lo patético). Volver. El eterno retorno. Así lo aseguraba Friederich Nietzche. Así lo describía Milán Kundera. Así lo vive la humanidad. Y con esa idea vivirá Iñaki.

Para finalizar, porque el lapso del concurso está por cerrarse, y por la manía que tengo de trabajar bajo presión (o de ser vago, pues confundo a veces los términos), creo pertinente mencionar que la novela no es totalmente ficción.
Primero, porque el escritor escribe sobre lo que conoce, y eso es algo que acompañará al ser humano, hasta el último de nosotros que plasme una palabra en un papel, lo hará refiriéndose a algo que vivió, que quiere vivir, o que jamás podrá vivirlo. Porque podemos conocer lo que no conocemos. Porque somos la prueba andante de la permanente contradicción de nuestras palabras. Peor aun, de nuestras acciones.
Y segundo, porque frases de Iñaki son frases de Lugo, fácilmente reconocibles en textos de su autoría. ¿Qué quiero probar con esto? Nada. Nada y todo, porque uno escribe para si mismo, y para dejar una prueba de existencia. ¿Iñaki es un alter ego acaso? ¿Es “Veinte” una recopilación de momentos vividos, tejidos por las hábiles manos del escritor? Solo una persona lo sabe.

Culminaré con una del libro, la cual es más cierta, real y verdadera, que las teclas de mi laptop, las sonrisas de las misses, los fantasmas que nos atormentan y los pecados perdonados (también los no confesados).

“No me imaginé que en esa curva se marcaría el tiempo que me tocó en suerte para existir. A partir de ese día, hay sitios que observo, como una cafetería, una esquina con una cabina telefónica, una playa o una vereda asada por el sol; las observo y pienso si mañana terminaré allí mi vida. Sitios aparentemente inocuos sonde el mundo podría empezar a girar para el otro lado”

Porque aunque girara para el otro lado, los que tengan que morir y los que no, morirán. No hay destino ni garantía de un infierno. Allí radica mi esperanza. Solo hasta allí, se atreven mis demonios a acompañarme. Y allí, con Claudio, la esperaré.

lunes, 27 de junio de 2011

Carta al hijo que no tengo

Hijo/a:

Al empezar esta carta, la única cosa que tengo clara es que no tengo nada claro. Quisiera hablarte de todas las cosas maravillosas que tiene el mundo para ofrecerte, pero hace un par de años renuncié a decir mentiras por amor. No sé si te conoceré cuando tenga 35 años y un empleo decente, o a los 24 años y siga siendo el tipo que se avergüenza de si mismo ante el espejo. No sé lo que es un empleo decente, eso te lo puedo asegurar.

No sé si serás un niño o una niña. No sé si nacerás con alguna enfermedad que las iglesias suelen disfrazar con la palabra “bendición”. No sé si serás. Ni siquiera yo sé si soy. Hay muchas veces en que suelo no ser. Más veces de las que soy.

No quisiera arruinar tu infancia, pues a mi me dieron la oportunidad de creer en mundos felices hasta los 14 años. Supongo que te permitiré esa misma felicidad que ya no me acompaña estos días.

Tus abuelos, sus padres y los padres de sus padres te heredaron un mundo que está literalmente en la mierda si no tienes dinero. No me culpes a mí, el mundo ya estaba así cuando yo llegué. Por mi parte, haré lo posible para que tengas lo que yo tuve, no lo que no tuve.

Espero que cuando llegues puedas jugar en las calles como yo lo hacía, sin miedo a secuestros, robos, violaciones y demás efectos secundarios del “progreso”. Espero que logres ensuciarte con lodo, que huelas la tierra luego de que la lluvia la ha bañado. Deseo que escribas tu nombre en el árbol que aún no planeo plantar, y juegues con los perros que no te he comprado.

Preferiría que no heredes ni mi nariz de loro, ni mi progresiva calvicie, ni mi mal genio. Y si lo haces, no heredes la preocupación por los mismos, ya que no sirve de nada.

Te encontrarás con mucha gente que forma parte del paisaje. Otros pocos a quienes llamarás amigos y que invitarás a la casa, para que los conozca y juzgue erróneamente si son una mala influencia para ti. Hallarás algunos que disfrutarán de tus caídas. Muchos que festejarán con tus logros si se encuentran beneficiados de ello. Ninguno que no te traicione sin antes traicionarse él mismo. Ni siquiera yo. En especial yo.

Le fallarás a mucha gente y aprenderás de ello no por ejemplo sino por experiencia. Lastimosamente el mundo no es como quisiera, pero yo tampoco soy como el mundo quiere, y eso ha sido un problema para ambos.

Harás felices a muchas personas, dentro de las cuales estarán tu madre, yo, el dueño de la fábrica de pañales y el pediatra. Seguramente jugaré contigo en algún parque, con algún juguete absurdamente caro y didácticamente aburrido, y tú preferirás perseguir a una abeja. Te caerás y tu madre me gritará. Te besaré y dejarás de llorar. La besaré a ella y me seguirá gritando. Son cosas del cargo.

Amarás y te partirán el corazón. Luego volverás a amar con más cautela y menos entrega, y le partirás el corazón a alguien más. Algunas veces sabrás cuando hiciste daño. La mayoría de veces no. Si eres una niña, seguramente interrogaré al pretendiente que tengas, haciéndolo sentir incómodo, disfrutando al fin, el estar del otro de la puerta. Lo siento, son de los pocos placeres políticamente incorrectos de la vida, que aun me son permitidos.

No sé si nacerás bajo un matrimonio. No sé si nacerás en un lugar distante, huérfano de padre. No sé si ya naciste y solo me resta el conocerte para que me odies por completo y no a medias. Las cosas hay que hacerlas bien o no hacerlas.

Te puede parecer dura esta carta, y posiblemente me la restriegues en el rostro cuando aprendas el significado de las palabras no por su concepto, sino porque las hayas vivido. Hasta entonces, esperaré pacientemente la bofetada (en sentido figurado) que me merezco, mientras disfruto del amor que me brindas, sin cobrarme por las sonrisas que me lanzarás.

Lo único que tengo listo para tu llegada es un nombre, una carta y un miedo que nunca había experimentado. Quiero que me disculpes por las vergüenzas (que las disfrutaré) que te haré pasar, por los errores que cometa contigo al momento de educarte y mal-educarte. Por los momentos que estaré ocupado de las cosas urgentes sin percatarme de las cosas importantes. Por los “Te amo” que callaré, los “lo siento” que no diré.

No sé cambiar un pañal, ni me interesa hacerlo. No sé a que edad caminan los niños, ni si un biberón está lo suficientemente tibio. No sé a que edad empezarás a caminar hacia mí, ni a que edad lo harás lejos de mí. No soy un sabio como muchos libros acerca de padres te mentirán. Tengo 23 años, pero poseo el alma de un viejo jubilado. No tengo nada nuevo que Wikipedia no te pueda enseñar, y agradezco que así sea, pues mi conocimiento, para cuando llegues, será obsoleto.

Como ves, te enfrentas a un mundo jodido, y a un viejo más jodido aún. Encontrarás Esperanzas sin esperanza. Conocerás Dolores sin dolores, y Alegrías sin alegría. Yo sigo intentando entender al mundo, no dejaré de hacerlo, pues tengo la ilusión de poder explicártelo, como tu abuelo sigue intentando explicármelo.

No me preocupa la carrera que decidas seguir, mientras sea algo que te haga feliz. No me preocupa la orientación sexual que tengas (aunque preferiría una hermosa pequeña lesbiana que nunca llegue con la noticia de un embarazo), mientras sea algo que te haga feliz. No me preocupa el lugar en el que vivas, el auto que tengas, ni la ropa que uses, mientras seas feliz.

Solo espero que cuando sea viejo de cuerpo, pues de alma ya lo soy, vengas a visitarme. No menos de 1 vez al mes. No más de 3. Y que me recuerdes quien eres, pues seguramente yo ni siquiera sabré quien soy.

Por último, disfruta de esos momentos hermosos de la vida en que una risa lo es todo. En que el orgasmo viene acompañado de algo que suelen decirle amor. Momentos en los que la vida parece algo digno de vivir. Son esos los momentos que recordarás, en el caminar solitario de una día cualquiera, al final de un almuerzo con amigos y familia, o al despertar con, no una persona, sino con esa persona. El resto es ruido. Llano y simple.

Disfruta el ruido, hasta que llegue el silencio.


Te ama, tu (aún no) viejo.



Pd: si te haces del "Quito" cagaste...