martes, 18 de octubre de 2011

La inmutabilidad del siglo XXI

El día de hoy ví una noticia que realmente me molestó mucho. No fue la noticia, sino su contenido lo que me indigno. Y no soy alguien que se indigna por huevadas. (La noticia y el video lo pueden ver en el siguiente link http://www.teleamazonas.com/index.php?option=com_content&view=article&id=16435:transeuntes-ignoran-a-nina-atropellada-dos-veces&catid=42:actualidad-portada&Itemid=91 )

Trataba acerca de una pequeña niña de 2 años, la cual fue atropellada 2 veces sin que nadie se inmutara por ello, y durante 7 minutos al menos 10 personas que pasaron a su lado, ni siquiera reaccionaron frente a lo que estaban presenciando.

Sé que el servicio social es a mí, lo que la planificación familiar a un conejo con sobredosis de viagra. Nunca estuvo en duda, tal tema, pero sí el egoísta factor de que me causó un escalofrío en cada parte del cuerpo.

No creo posible el ver que atropellan a una niña, y solo pasar a su lado, impávido e imperturbable. Dentro lo hijueputa que puedo ser con el género humano en especial, creo que estas cosas rayan en lo enfermo. ¿De esto estamos hechos los seres humanos? ¿De un resaltado quemimportismo para con el prójimo? Al parecer, así es. Y digo quemimportismo por no decir valeverguismo.

Muchos podrán decir que mi posición es algo pesimista. Que este es un caso en un millón. Puede ser cierto, pero ¿En qué difiere esa niña del pobre mendigo al que dejamos de verlo a los ojos hace 1 año? ¿2 años? Peor aún.

Todo lo que alguna vez nos causó un escalofrío por lo injusto de la situación, una erizada de pelos por lo impactante del hecho, un “salto” del corazón por lo terrible de la escena, cada día se va volviendo un “¿otra vez?” pues la costumbre nos mal acostumbro a dejar de sentir. A ver y no reaccionar. A caminar dormidos.

Recuerdo reirme a carcajadas con el dicho de “El hombre es el lobo del hombre” que repetía mi profesor de sociales. Hoy ya no río. Al menos ya no por eso.

Nos alarmamos porque el servicio de BlackBerry se derrumba durante 3 días. Alzamos nuestra voz en protesta hasta alcanzar una respuesta que bien o mal nos satisfaga. Pero no hacemos nada frente a la extinción de los pueblos indígenas en la mal llamada “amazonía ecuatoriana” por el avance de los programas petroleros. No hacemos nada frente al desalojo de familias en la zona de Rio Grande. No hacemos nada frente a nada. Punto.

Somos una raza con gran potencial de sentir empatía. Y el problema yace en la palabra “potencial”. Alguien con potencial, es alguien que en el presente no tiene eso que debe desarrollar para adquirir. Así mismo, podemos ser potencialmente piadosos, y actualmente una mierda. No tiene por que ser contradictorio lo que digo. Es la cronología de una naturaleza aún “en veremos”.

La niña fue “rescatada” por una mujer que recogía basura en la zona, después de que una docena de individuos la pasó por alto. Finalmente, murió 3 días después.

No hablo de que talvez, si el primero que la vio antes de que el segundo auto la atropelle, se hubiera comedido en ayudarla, ella hubiera sobrevivido. Talvez el primer impacto fue el más fuerte y sin importar lo que se haya echo, ella hubiera fallecido de todos modos. No hablo de nada de eso. Me pregunto cuantos de estos casos suceden a diario en todo el mundo sin que exista una cámara que registre la escena, y por eso no los conocemos.

Y mientras hechos terribles como estos sacuden mi ya asqueada conciencia, en los TT (Topic Trends) de twitter se habla de la #Sabliza. Definitivamente, quiero que el fin del mundo llegue lo más pronto posible.

viernes, 14 de octubre de 2011

La razón vs. la pasión

¿Conformarse con la persona correcta o amar a la persona equivocada?

Todos nos hemos encontrado en este dilema. Sí. Todos.

Este tipo de fenómeno ocurre casi siempre en una etapa avanzada de la relación. O sea, en Quito a los 4 o 5 meses de que el hombre “se declaró” a la dama en cuestión. Y es posible ser experimentado por cualquiera de los 2 involucrados. Inclusive, por ambos al mismo tiempo o en diferentes épocas.

El amar a la persona que sabes que no te conviene, a pesar de ser una contradicción de la naturaleza humana (osea la estupidez) es algo muy común. Como el niño que a pesar de la advertencia de su madre, mete la mano en el fuego por la curiosidad. La diferencia es que la quemadura luego de la advertencia, en el primer caso, deja un ardor interno y una herida imposible de ver. Pero aún así somos tan obstinados en continuar con esa persona que, con intención o sin ella, nos hace daño. ¿Pobrecitos nosotros? No. ¿Pendejos? Sí.

Tenemos en el otro polo a la persona más correcta y adecuada para ti. Pero simplemente no “sacude tu mundo” como tu quisieras. Por lo tanto se vuelve aburrido y tú terminarás jodiendo al o la pobre cristiano/a que tomó un salto al vacío por ti.

No hay imbécil más grande que aquel enamorado de un prospecto inconveniente. Simplemente la razón no entra en la ecuación. La terquedad a la que nos sometemos, eso sí autoinducida, es sorprendentemente sólida. Como sólida la piedra con la que nos damos en la trompa luego de despertar del sueño.

Nadie aprende en cuerpo ajeno. No sé quien lo dijo, pero seguramente fue la conclusión de una estupidez similar a la que estamos tratando en estas líneas.

Entre, aburrirse con la persona ideal, y lacerarse el alma con la equivocada ¿Qué elegimos? Fácil. La segunda. ¿Por qué? No lo sé. No soy un puto psiquiatra. Pero según la experiencia de este humilde servidor, es por la emoción. Ni siquiera por los sentimientos. La emoción de que esa persona a pesar de ser un alfiler debajo de nuestras uñas, nos brinda eso que nadie más puede. Puede ser compañía. Puede ser dinero. Puede ser sexo. Puede ser mil cosas, que a nuestro criterio de embobe mundial, la o lo vuelve la/el único/a proveedor/a de lo que necesitamos. Y la ley de oferta y demanda explica bastante bien la relación existente en esa situación.

Entonces, ¿Por qué alargar el proceso sabiendo que al final de todo, te joderán? Por cobardes. Saber que mañana te cortarán un dedo es peor que saber que lo amputarán al final del mes. Porque no estamos acostumbrados a enfrentarnos a nuestros problemas y terminamos alargando la agonía mucho más de lo debido. Mucho más de lo soportable. Exprimimos lo que más podemos de nuestro aguante hasta quedar secos y ser arrojados a la basura por nosotros mismos. Alargamos la ilusión sabiendo que no es real.

No hablo de conformarnos con Mr./Ms. correcto/a a pesar de no sentir ni un mal pensamiento de él o ella. Hablo de ser coherentes con nosotros mismos. Ya comienzo a sonar a libro de autoayuda, así que culminaré pronto antes de ir a vomitar.

La vida es absurdamente corta para vivir en un espejismo La mayoría de personas se ilusionan con el potencial de alguien, y no de la realidad de ese alguien. Cambiar a alguien es más jodido que hacer que la tierra gire en reversa. Cambiar, a ese alguien por alguien mejor es tan sencillo como bajarte del bus equivocado, y tomar el correcto. O por lo menos tomar el que te acerque más a tu casa.

Pero sé que un texto no hará la diferencia en su dilema. Así que salud por ustedes que siguen al otro lado del río. Y salud por mi anterior YO que dejó de acompañarlos hace algún tiempo.

martes, 11 de octubre de 2011

En contra de la infidelidad

El siguiente artículo es mi primera publicación (y esperemos que no la última) para la revista SOHO. Salió en la edición 104 de la revista SOHO Ecuador de Septiembre/Octubre del 2011.

Primero, cambiemos de una vez por todas, el concepto de fidelidad. No se es fiel. Se está fiel. La fidelidad no es un título, como en el ejército cuando dicen “Soldado un día, soldado toda la vida”, sino un estado que diría más o menos “Fiel un día, ya veremos mañana”.

Endosarle tu libertad a una mujer tiene muchas cosas positivas. No, no es joda. Muchas personas creen que actualmente la fidelidad es algo propio de los equipos de sonido, y no de las personas. Específicamente de los hombres. Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel al género femenino.

Debemos pensar en términos económicos. Puedes serle fiel a tu esposa, porque es lo correcto, pero haberla dejado de amar años atrás. Pero no puedes amarla y serle infiel. ¿Por qué? Porque en el juicio de divorcio, eso no cuenta como argumento de defensa, huevón, y quedarás solo, y con la mitad de tu dinero. Además de que actualmente los tiempos de crisis, afectan al bolsillo del hombre promedio. Traducción: apenas nos alcanza el dinero para tener una mujer. No se diga dos.

Cuando uno es fiel, se contribuye al decrecimiento de suicidios femeninos. Es cierto. Por lo menos los causados al lanzarse de un edificio. Muchas se botan de un sexto piso creyendo que lo que les pusieron fueron alas, no cuernos.

Las razones de salud son bastante fuertes y debemos tomarlas en cuenta. Muchas veces decimos que nuestra mujer casi nos mata de iras. ¿Para qué queremos otra? ¿Para que termine de matarnos? Primero muerto, antes que perder la vida. Tomemos en cuenta que la fidelidad, además de garantizarle a tu mujer que no le romperás el corazón, te garantiza a ti que no te romperán la trompa en caso de que tu suegro sea ex-militar o boxeador. Y si es mafioso, por ahí te pueden ir rompiendo… el orgullo.

El serle fiel a tu esposa, elimina la tediosa labor de tener que pedirle siempre que se disfrace de la vecina para poder hacerle el amor. Y la tediosa labor de un divorcio (véase sus consecuencias en el tercer párrafo)

La no tan santa sede, mediante las tablas de la ley que entregó diosito en persona a Moisés, porque en ese tiempo no había fax ni blackberrys, condena al adúltero. Por ende, si no quieres arder en las llamas del infierno, es mejor negocio no romper el mandamiento. Puede que por ser fiel, mueras del aburrimiento. Pero no morirás al estilo del Gabo García Moreno (para los incultos, a machetazos). Por lo menos no, si es que vives en Manabí.

Y para terminar, siendo esta la más sencilla de las razones, tenemos a la lógica como una poderosa aliada. La infidelidad te identificaría con una canción del grupo de bachata “Aventura” y eso ya es castigo suficiente. (Escuche “los infieles” y péguese un tiro)

Fe de erratas: Después de la publicación de este artículo y una cachetada debo hacer, y por “voluntad propia”, la siguiente rectificación. Donde dice “Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel al género femenino” debe decir “Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel a mi novia”.