El día de hoy ví una noticia que realmente me molestó mucho. No fue la noticia, sino su contenido lo que me indigno. Y no soy alguien que se indigna por huevadas. (La noticia y el video lo pueden ver en el siguiente link http://www.teleamazonas.com/index.php?option=com_content&view=article&id=16435:transeuntes-ignoran-a-nina-atropellada-dos-veces&catid=42:actualidad-portada&Itemid=91 )
Trataba acerca de una pequeña niña de 2 años, la cual fue atropellada 2 veces sin que nadie se inmutara por ello, y durante 7 minutos al menos 10 personas que pasaron a su lado, ni siquiera reaccionaron frente a lo que estaban presenciando.
Sé que el servicio social es a mí, lo que la planificación familiar a un conejo con sobredosis de viagra. Nunca estuvo en duda, tal tema, pero sí el egoísta factor de que me causó un escalofrío en cada parte del cuerpo.
No creo posible el ver que atropellan a una niña, y solo pasar a su lado, impávido e imperturbable. Dentro lo hijueputa que puedo ser con el género humano en especial, creo que estas cosas rayan en lo enfermo. ¿De esto estamos hechos los seres humanos? ¿De un resaltado quemimportismo para con el prójimo? Al parecer, así es. Y digo quemimportismo por no decir valeverguismo.
Muchos podrán decir que mi posición es algo pesimista. Que este es un caso en un millón. Puede ser cierto, pero ¿En qué difiere esa niña del pobre mendigo al que dejamos de verlo a los ojos hace 1 año? ¿2 años? Peor aún.
Todo lo que alguna vez nos causó un escalofrío por lo injusto de la situación, una erizada de pelos por lo impactante del hecho, un “salto” del corazón por lo terrible de la escena, cada día se va volviendo un “¿otra vez?” pues la costumbre nos mal acostumbro a dejar de sentir. A ver y no reaccionar. A caminar dormidos.
Recuerdo reirme a carcajadas con el dicho de “El hombre es el lobo del hombre” que repetía mi profesor de sociales. Hoy ya no río. Al menos ya no por eso.
Nos alarmamos porque el servicio de BlackBerry se derrumba durante 3 días. Alzamos nuestra voz en protesta hasta alcanzar una respuesta que bien o mal nos satisfaga. Pero no hacemos nada frente a la extinción de los pueblos indígenas en la mal llamada “amazonía ecuatoriana” por el avance de los programas petroleros. No hacemos nada frente al desalojo de familias en la zona de Rio Grande. No hacemos nada frente a nada. Punto.
Somos una raza con gran potencial de sentir empatía. Y el problema yace en la palabra “potencial”. Alguien con potencial, es alguien que en el presente no tiene eso que debe desarrollar para adquirir. Así mismo, podemos ser potencialmente piadosos, y actualmente una mierda. No tiene por que ser contradictorio lo que digo. Es la cronología de una naturaleza aún “en veremos”.
La niña fue “rescatada” por una mujer que recogía basura en la zona, después de que una docena de individuos la pasó por alto. Finalmente, murió 3 días después.
No hablo de que talvez, si el primero que la vio antes de que el segundo auto la atropelle, se hubiera comedido en ayudarla, ella hubiera sobrevivido. Talvez el primer impacto fue el más fuerte y sin importar lo que se haya echo, ella hubiera fallecido de todos modos. No hablo de nada de eso. Me pregunto cuantos de estos casos suceden a diario en todo el mundo sin que exista una cámara que registre la escena, y por eso no los conocemos.
Y mientras hechos terribles como estos sacuden mi ya asqueada conciencia, en los TT (Topic Trends) de twitter se habla de la #Sabliza. Definitivamente, quiero que el fin del mundo llegue lo más pronto posible.