Al parecer, todo
político que se precie de ser honesto, a pesar de que es complicado poner ambas
palabras en una oración, tiene que obligatoriamente incluir a dios en su
discurso. “Que dios los bendiga”, “Lo juro por dios” y demás barbaridades.
Dios es nombrado
inclusive en varias constituciones.
En la primera (la
de 1830) decía “La religión católica, apostólica, romana es la del Estado. El
Gobierno, en ejercicio del Patronato, debe protegerla, con exclusión de
cualquiera otra”. Cabe recalcar que en ese entonces la base de la economía era
la explotación indígena. Claramente la esclavitud, estaba aprobada por Flores y
por dios.
En la de 1861 se
deja de nombrarlo y en 1869, con la subida al poder de García Moreno, vuelve
dios a la constitución. Y justo en su gobierno, se establece el monopolio del
Clero sobre la educación y los medios de comunicación. Fue asesinado el 6 de
agosto de 1875 y no resucitó al tercer día.
En la novena
(1878) dios no asoma, en la décima (1884) sí. Desde la número once (1897) hasta
la decimoquinta (1945) se fue de vacaciones, y desde la de 1946 se mantuvo vigente hasta el año 2008. Durante
este tiempo han ocurrido crisis, derrocamientos, crecimiento de deuda externa y
surgimiento de gobiernos dictatoriales auspiciados por las FF.AA. Por suerte
durante este tiempo, la constitución del mundial de Francia (osea la de 1998) “invoca
la protección de Dios”, sino imaginen lo que nos hubiera pasado sin esa protección
divina. Parece que la protección del “Alpha y el Omega” resulta más eficiente
que la de Diego Peñaherrera.
Dios es nombrado
por varios políticos.
Entre la fauna de
la esfera política, tenemos a muy bueno representantes del discurso religioso. Tal
es el caso de Mahuad que leyó un pasaje de Eclesiastes, mencionó a Juan Pablo
II y al mismísimo Dios, al decirle “dame la serenidad suficiente para aceptar
las cosas que no puedo cambiar, la voluntad suficiente y necesaria para cambiar
las que sí puedo y dame tu luz para que entienda la diferencia.” Y aunque
cambió lo que no debía, aceptó lo que podía cambiar y nunca supo la diferencia
entre ambas, todos estuvieron encantados con su discurso porque incluía al
taita de Jesús. (Lo siento, a pesar de mis esfuerzos, Word me corrige y lo pone
en mayúscula). Esos que alabaron su discurso religioso, son los que ahora
abogan por la ley del talión.
Tenemos al
fenómeno de las masas que fue arrojado del poder tras declararlo “mentalmente
incompetente” para el cargo de presidente de la república. Y yo que pensé que
ese era un requisito. En todo caso el “servidor de dios” osea Abdalá (ese es su
significado en árabe) se las vió negras con el asunto de dios.
Recordemos
lo que dijo George Carlin: “¿Crees en dios? “No” Boom. Muerto. ““¿Crees en dios?” “Sí” “¿Crees en mi dios?”
“No” Boom. Muerto.” Esto se aplicó a
su procedencia (recordemos que Bucaram es de descendencia árabe) y tomando en
cuenta que el poder siempre se ha encontrado en manos católicas y judías, era
imposible que llegue a durar lo suficiente. Y están también los negociados que
hubo en su gobierno, la adjudicación de puestos públicos para su familia, el
piponazgo y los millones que se llevó para Panamá. Y bueno, algo tenía que
llevarse ¿no? No solo de pan vive el “servidor de dios”.
El simpático
Coronel Gutierrez que quiso traer al loco, en su discurso de toma del poder
mencionó al “todopoderoso” para que bendiga a “nuestros pueblos”, fue el
responsable de la pichicorte. Al parecer la “dedocracia” está contemplada en el
reino del señor.
Está Don Avarito
que se arrodilla implorando la bendición de dios para el beneficio del pueblo
ecuatoriano. Inclusive, se lo recuerda siempre con una biblia suplicando por
los votos del pueblo. Les ofrece vivienda, salud, techo, empleo y demás lujos
del tercer mundo. Claro, pero cuando se lo cuestiona sobre las irregularidades
con el fisco, o el incumplimiento de sus obligaciones como empleador, el joven
magnate tiende a cambiar el tema o finalizar la conversación. Si así es como
candidato, ¿Cómo será como presidente? “Te alabamos señor”.
Como podemos ver,
los ejemplos sobran en cuanto a la vergonzosa participación de los groupies de dios.
Finalmente
tenemos a Rafael Correa, quien dijo que podría transformar a la patria “con la
ayuda de Dios”. ¿Quién iba a decir que la mayor fuerza del universo fuese de extrema izquierda?
En conclusión, podemos
evidenciar que si dios existe simplemente no trabaja. O seguir con la ilusión
de que trabaja "en formas misteriosas". Usted elige.