jueves, 28 de julio de 2011

Los Superheroes y los Servicios Celulares


Desde tiempos inmemorables (justamente debido a mi progresiva amnesia) la humanidad ha
creado las formas más diversas de generar riqueza mediante el uso de celulares. También desde hace algún tiempo, hemos creado superhéroes para tener a alguién a quien admirar ya que la gente y dios han perdido credibilidad. Y fans.

No tan recientemente se ha extendido y popularizado el negocio de los mensajes de

texto a números de 4 cifras para recibir cierto tipo de información (No importa si es verdadera o falsa) a cambio de un débito de saldo de nuestros apreciados celulares. Todos han mandado un mensaje para bajar un ringtones, participar en un concurso, descargar una imagen, etc. Así que este post es para todos nosotros. Giles.


“CLARO”, todas las condiciones de uso, incluyendo el costo final aparecen al final de los comerciales relacionados en letras sumamente pequeñas. Uno puede hacer el esfuerzo de vista increíble de superman, y podría leerlas acercando la cara a la televisión como voyerista en ventana de vecino (porque mientras “más cerca, más claro”), pero tampoco ayuda mucho la impresionante velocidad de flash con la que pasan dichas condiciones de uso y costo.

Pareciera tan sencillo el no mandar dicho mensaje para ahorrar capital, pero la fuerza publicitaria de la campaña del comercial, es como un “Estrellas de Brazil” vs. Deportivo “Sí se puede”. Simplemente gana el impacto visual y muchos se quedan colgados del servicio como el hombre araña de los rascacielos. Sino que aquí no hay rascacielos y lo máximo que llegamos es a rascahuevos.


Y si fuese información vital, el costo valdría la pena. Pero muchos usuarios, que terminan siendo ganado, lo utilizan para “descubrir los que los astros le tienen preparado”, “actualizarse con el chiste del día”, “recibir los consejos de belleza de la abuelita Esther (Será que en realidad resultó ser abuela de alguno de los del servicio, o solo les “sonó” a nombre de abuela?)”, etc. Pareciera la estrategia de algún malvado enemigo de la inteligencia, cual Rita Repulsa (ponga el rostro del enemigo a elección), pero talvéz solo sea un encargado del dpto. de ventas y comunicación con un iphone 4 y acné superviviente de la pubertad.

Pero “CLARO” todo comercial de “envía un mensaje al XXXX” va acompañado de modelos de Tommy Hilfiger y Victoria’s Secret. Una Mujer Maravilla de carne y hueso te intenta convencer de que al enviar tal mensaje, podrás conquistar a la mujer de tus sueños. No sean ingenuos, la verdadera Mujer Maravilla es la que después de una farra del putas, te trae encebollado, 2 aspirinas y una proposición indecente. En ese caso sí me “ALEGRO”.

Pd: no hay ninguna lusión a "MOVISTAR" porque no se me ocurrió nada. Ni para eso sirven. Simple.

lunes, 18 de julio de 2011

Mujeres

En mi corta experiencia me he topado con algunas mujeres. Cada una con sus diferencias que las hacen (que las hacían) divinamente elogiables en muchos puntos, e igualmente in-mamables en otros. Como todo ser humano. Pero observando detenidamente y en retrospectiva hay varios puntos que coinciden en muchas, por lo que en mi criterio podría decir que las similitudes nos podrían ayudar, sino a entender, por lo menos a cagarla menos.

Tome nota de las siguientes observaciones realizadas por este humilde servidor para que experimente en casa, y compruebe mis palabras a continuación.

1 - “A las mujeres no hay que entenderlas. Hay que quererlas”.

Mito

Hasta yo lo he dicho. “Mujer quien te entiende” refiriéndome a alguna ex, e inclusive a mi novia. Es más fácil usar una computadora que entender como funciona. Una mujer responde mucho más a estímulos emocionales que a estímulos físicos. Un hombre ve una mujer y se hace 1 pregunta: “¿Está rica?” con 2 opciones de respuesta “Opción A: Sí Opción B: No”. Y de ahí se deriva su comportamiento. Una mujer ve aun hombre y aparecen N preguntas en su cerebro, dentro de las cuales, las más comunes son “¿Tendrá novia? ¿Será un buen padre? ¿Me amará toda la vida? ¿Será bueno en la cama? ¿Tendremos química? ¿Me llevaré bien con su madre? ¿Ganará lo suficiente? ¿Tiene mis mismas creencias? ¿De qué conversaremos cuando seamos viejos? ¿Es emocionalmente abierto? ¿Es energéticamente accesible? ¿Les caerá bien a mis amigas?...”

Traducción: Lo que sienten, piensan y creen, es muchas veces más fuerte que la realidad.

Traducción de la traducción: Están locas.

Solución: ¡Habla con ella, idiota!


2 - “Mujer que no jode, es hombre"

Verdad

No te tenido la oportunidad de entablar una relación con una mujer con la cual no haya tenido una discusión, pelea o incompatibilidad de argumentos. Al ser diferentes ellas de nosotros, chocaremos en muchos aspectos. Por ende, la máxima expresada previamente, más que como conclusión, es advertencia. Si tiene una novia que no le ha causado problema alguno tiene 2 opciones. O le sube la falda y verifica al tanteo, con la correspondiente puteada y cacheteada, o le dice que Ricky Martin es feo. De su reacción, obtendrá la respuesta que necesitaba.

Traducción: Que su novia lo joda, es garantía de que es novia y no novio.

Traducción de la traducción: Si le dice que Ricky Martin es feo, huya.

Solución: Si no quieres que te joda, cumple tus promesas, no entregues demasiado y aunque te duela… soporta a Arjona.

3 - “Mujer al volante: Peligro constante”

Verdad/Mito

A las mujeres al inicio de toda civilización se les han dado menos derechos que a los hombres. Es comprobado que los hombres tienen más accidentes automovilísticos relacionados al exceso de velocidad. Por otro lado las mujeres cometen más infracciones a velocidades menores. ¿Y donde encontramos ese tipo de velocidad menor? En las ciudades, por el hecho de los límites de la misma.

Traducción: Las mujeres en la ciudad, son más peligrosas que los hombres.

Traducción de la traducción: Ciudad=Hombre / Carretera=Mujer

Solución: O llevas tu ipad para en viaje largo, o una buena conversación.

4 - “Si tu no cuidas tu mujer, alguien más lo hará”

Verdad/Mito

Cuando tu mujer te jode (me refiero cuando ya has comprobado que SÍ es mujer) y tu no atiendes sus quejas, buscará quien le provea de los servicios a los cuales tú te has negado. Sencillo. Con esto no quiero decir que debes cumplir sus más ínfimos reclamos y caprichos. Justamente en el exceso también está la culpa. Un balance saludable de “tira y afloja” soluciona el problema. Así de fácil. He dado poco y me han dejado. He dado mucho y me han dejado. Ahora intento no irme a los extremos y, al parecer, mi novia no tiene quejas más allá de “hablar un poco más por teléfono” o “salir a bailar más”. O al menos eso creo.

Traducción: El balance en una relación no es importante. Es vital.

Traducción de la traducción: Bueno es culantro, pero no tanto.

Solución: Detalles – Oscar de León

5 - “La fuerza hidráulica más poderosa del universo es la lágrima de una mujer.”

Verdad

Puede que una razón no mueva tu decisión, pero una lágrima de mujer, moverá tu corazón.

Traducción: Si necesitas traducción, estás más perdido que camarón en yahuarlocro.

lunes, 11 de julio de 2011

Ensayo sobre "Veinte" la novela de Rafael Lugo

Veinte
- Rafael Lugo Naranjo-
“sólo en el momento en que las personas sienten igual, las palabras significan lo mismo”

Cuando la vida nos quita el derecho de hablarle a un amigo, de abrazar a tu padre, o de besar a tu novia (o exnovia), no nos quedan más que los recuerdos. Si acaso una conversación con un allegado que no entenderá lo que es besar esos labios hechos a la medida para ti, o sentir las arrugas del viejo que son lo más parecido a terciopelo para el alma. Menos aún 2 horas de conversación de absolutamente nada y por consiguiente deducción, perfectamente de todo, con tu amigo. Con tu hermano de otra madre.

Aquí es cuando entendemos, que el recuerdo no es lo único que nos dejaron los que se largaron. Entendemos que sí podemos hacer algo por los que no están. Por los que se fueron. Y eso es hacer algo por nosotros. Dejar un testimonio de que existieron. De que aun existimos. De eso trata “Veinte”. De la muerte de la vida. De la esperanza ausente. De la alegría efímera, secuestrada por la realidad permanente.

En la introducción hable de “nosotros”, pues términos como “nos” me acercan e identifican con los que quedamos. Encontrarnos en otras personas es algo extraño y no necesariamente placentero, pues de cierta manera sentimos que no somos los raros de la vida, pero al mismo tiempo tampoco los “especiales”.

Al leer “veinte” lo primero que se me vino a la mente fue “esta historia ya me la sé”. 1er error en una serie de errores. La novela la empecé a leer desde el final (como hago con todos los libros que leo). Es decir, desde la contraportada, la cual sin miedo a ser rechazada por vulgar al utilizar términos completamente aceptables y de uso diario (todos maldecimos por lo menos 15 veces al día), te dice que será un texto en el cual te identificarás, porque el borracho, el enamorado, el que conduce a lo que dé el motor, el que escucha música “a toda puta”, ese ser mencionado, lo hemos sido todos. Todos somos una parte de Claudio, y conocemos muchos más que lo son también.

El que se haya asomado a la televisión sin ver por lo menos un par de senos falsos, que me lance la primera piedra. Y esto va también para los que no tienen ojos ni televisión, porque hasta ellos o las tocaron, o se las comentaron. Y esto es el pilar del libro. No, las tetas no por supuesto, sino la realidad. La cruda realidad que nos vende un mundo mejor, nos hace creer que las farras están llenas de mujeres esculturales, que el trago nos volverá seductores infalibles. La vida, que es la realidad, nos susurra todos los días, que la vida es solo lanzar los dados abrazados de mujeres bien proporcionadas. Lo que no te dice la vida es que primero necesitas tener los dados. Tampoco te dice que los dados tienen más de 6 lados, y que la mayoría son posibilidades que te van a doler. La vida calla. Y eso lo sabe Iñaki.

Al escribir este ensayo, con el reloj en contra cabe decir, estoy viendo el concurso anual de “Miss Ecuador 2010”. Y me siento como Iñaki. Ahora las palabras significan lo mismo. Todas las concursantes mantienen una cara sonriente desde hace 50 minutos. Se puede saber, por experiencia como cuando te tomas una foto, que la mandíbula y los pómulos les debe estar doliendo como solo ellas sabrían explicar. ¿Nos venden una imagen de niñas bonitas, siempre positivas, abiertas a todo quien se aproxime? Lo hacen, efectivamente. La imagen. Pero resulta que para mí y para Iñaki, todo eso es una mentira. El maquillaje es la máscara aceptada, y las operaciones rematan el trabajo, pues borran el pasado “imperfecto” y devuelven un ser modificado. Iñaki está cansado de eso. Pero la mayoría no, y esos son los auspiciantes del país de las maravillas.

La novela, recorre de forma cronológica los acontecimientos que antecedieron a la muerte de Claudio. O lo intenta pues los flashes del pasado, recurren permanentemente a la memoria del locutor. Y aunque es una desgarradora confesión, como lo dice el libro, el humor no queda fuera, pues no seria real el mundo de Iñaki, en el que todo se vea con pesimismo, sin el sarcasmo y el humor crudo. La consecuente risa de lo absurdo, que en este caso resulta bastante cotidiano, hace que el locutor no decida dispararse.

Es que aunque el protagonista, muestre con claridad que, como dijo Jorge Manrique “cualquiera tiempo pasado fue mejor”, tiene una esperanza. La esperanza resulta ser el tan trillado amor. Y resulta irónica la respuesta, porque al acercarse al personaje, lo más recomendable para alguien que se emborracha con fantasmas, sería el olvido. Pero no es así. El amor se antepone al olvido, y aun en la novela donde la esperanza brilla por su ausencia, la justicia es repartida por los dioses de todos los días (los cuales tampoco podemos ver, pero aun así existen, y son más reales y tienen más poder que el flaco buena onda canoso y barbudo), y donde la solidaridad es una mentira disfrazada de discurso de reina de belleza, el amor, el amor sincero, el amor que da, que se entrega y que pide a cambio tan solo la salvación a través de una frase, una mirada, o un abrazo, el amor resulta ser la esperanza para quien no creía en ella. Y la esperanza es mujer. Por lo menos para Iñaki.

Antes mencioné al humor como parte fundamental del libro. Cagarse de risa, es algo muy ordinario dirían los intelectuales. Es algo vulgar dirían las señoras cuya moral, está dictada por la apariencia (porque ellas también se cagan de risa) Y talvez lo sea. Pero es también algo muy humano. Y más que humano, algo muy ecuatoriano, pues aunque la frase aluda a “defecar por acción de la expresión alegre del alma” no se acerca en significado. En partes como cuando el nieto del presidente recibe un “lírico puñetazo” de parte de Claudio, o cuando el narrador compara la expresión de la rubia de rulos por su confusión entre un tal Xavier e Iñaki, con haberle metido la taza de café hirviendo por el lugar menos apropiado, y en contravía, cabe mencionar, uno no puede hacer más que cagarse de risa. ¿Por qué? Pues porque entendemos. Porque podemos, y talvez también, porque alguna vez hemos pensado en metáforas similares. Y los más valientes (o cojudos, porque no faltan, sino que sobran), habrán intentado alguna hazaña similar.

Pero no solo existe el humor, sino que también Lugo, toca partes sensibles del lector. Juro que dos lagrimas amagaron con salirse de mis ojos, en el bus en el que estaba mientras leía la página 17 donde describe el retorno al pasado, con el ejemplo de abrazar al abuelo muerto. ¿Quién no ha querido regresar? No conozco una persona que no quiera volver a un momento determinado. Volver al beso que nos “ahuevamos” a dar. Regresar a aquel portero y bajo la lluvia poder decir las palabras que no salieron de nuestra boca, por ese nudo traidor, que aparece cuando es menos requerido, para que la mujer en cuestión (digo mujer, porque somos los hombres los que llegamos a los porteros mientras llueve, porque tenemos puntería para lo patético). Volver. El eterno retorno. Así lo aseguraba Friederich Nietzche. Así lo describía Milán Kundera. Así lo vive la humanidad. Y con esa idea vivirá Iñaki.

Para finalizar, porque el lapso del concurso está por cerrarse, y por la manía que tengo de trabajar bajo presión (o de ser vago, pues confundo a veces los términos), creo pertinente mencionar que la novela no es totalmente ficción.
Primero, porque el escritor escribe sobre lo que conoce, y eso es algo que acompañará al ser humano, hasta el último de nosotros que plasme una palabra en un papel, lo hará refiriéndose a algo que vivió, que quiere vivir, o que jamás podrá vivirlo. Porque podemos conocer lo que no conocemos. Porque somos la prueba andante de la permanente contradicción de nuestras palabras. Peor aun, de nuestras acciones.
Y segundo, porque frases de Iñaki son frases de Lugo, fácilmente reconocibles en textos de su autoría. ¿Qué quiero probar con esto? Nada. Nada y todo, porque uno escribe para si mismo, y para dejar una prueba de existencia. ¿Iñaki es un alter ego acaso? ¿Es “Veinte” una recopilación de momentos vividos, tejidos por las hábiles manos del escritor? Solo una persona lo sabe.

Culminaré con una del libro, la cual es más cierta, real y verdadera, que las teclas de mi laptop, las sonrisas de las misses, los fantasmas que nos atormentan y los pecados perdonados (también los no confesados).

“No me imaginé que en esa curva se marcaría el tiempo que me tocó en suerte para existir. A partir de ese día, hay sitios que observo, como una cafetería, una esquina con una cabina telefónica, una playa o una vereda asada por el sol; las observo y pienso si mañana terminaré allí mi vida. Sitios aparentemente inocuos sonde el mundo podría empezar a girar para el otro lado”

Porque aunque girara para el otro lado, los que tengan que morir y los que no, morirán. No hay destino ni garantía de un infierno. Allí radica mi esperanza. Solo hasta allí, se atreven mis demonios a acompañarme. Y allí, con Claudio, la esperaré.