martes, 11 de octubre de 2011

En contra de la infidelidad

El siguiente artículo es mi primera publicación (y esperemos que no la última) para la revista SOHO. Salió en la edición 104 de la revista SOHO Ecuador de Septiembre/Octubre del 2011.

Primero, cambiemos de una vez por todas, el concepto de fidelidad. No se es fiel. Se está fiel. La fidelidad no es un título, como en el ejército cuando dicen “Soldado un día, soldado toda la vida”, sino un estado que diría más o menos “Fiel un día, ya veremos mañana”.

Endosarle tu libertad a una mujer tiene muchas cosas positivas. No, no es joda. Muchas personas creen que actualmente la fidelidad es algo propio de los equipos de sonido, y no de las personas. Específicamente de los hombres. Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel al género femenino.

Debemos pensar en términos económicos. Puedes serle fiel a tu esposa, porque es lo correcto, pero haberla dejado de amar años atrás. Pero no puedes amarla y serle infiel. ¿Por qué? Porque en el juicio de divorcio, eso no cuenta como argumento de defensa, huevón, y quedarás solo, y con la mitad de tu dinero. Además de que actualmente los tiempos de crisis, afectan al bolsillo del hombre promedio. Traducción: apenas nos alcanza el dinero para tener una mujer. No se diga dos.

Cuando uno es fiel, se contribuye al decrecimiento de suicidios femeninos. Es cierto. Por lo menos los causados al lanzarse de un edificio. Muchas se botan de un sexto piso creyendo que lo que les pusieron fueron alas, no cuernos.

Las razones de salud son bastante fuertes y debemos tomarlas en cuenta. Muchas veces decimos que nuestra mujer casi nos mata de iras. ¿Para qué queremos otra? ¿Para que termine de matarnos? Primero muerto, antes que perder la vida. Tomemos en cuenta que la fidelidad, además de garantizarle a tu mujer que no le romperás el corazón, te garantiza a ti que no te romperán la trompa en caso de que tu suegro sea ex-militar o boxeador. Y si es mafioso, por ahí te pueden ir rompiendo… el orgullo.

El serle fiel a tu esposa, elimina la tediosa labor de tener que pedirle siempre que se disfrace de la vecina para poder hacerle el amor. Y la tediosa labor de un divorcio (véase sus consecuencias en el tercer párrafo)

La no tan santa sede, mediante las tablas de la ley que entregó diosito en persona a Moisés, porque en ese tiempo no había fax ni blackberrys, condena al adúltero. Por ende, si no quieres arder en las llamas del infierno, es mejor negocio no romper el mandamiento. Puede que por ser fiel, mueras del aburrimiento. Pero no morirás al estilo del Gabo García Moreno (para los incultos, a machetazos). Por lo menos no, si es que vives en Manabí.

Y para terminar, siendo esta la más sencilla de las razones, tenemos a la lógica como una poderosa aliada. La infidelidad te identificaría con una canción del grupo de bachata “Aventura” y eso ya es castigo suficiente. (Escuche “los infieles” y péguese un tiro)

Fe de erratas: Después de la publicación de este artículo y una cachetada debo hacer, y por “voluntad propia”, la siguiente rectificación. Donde dice “Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel al género femenino” debe decir “Estas son las verdaderas razones por las que yo he decidido serle fiel a mi novia”.

3 comentarios:

  1. ESTA BUENISIMO LASTIMOSAMENTE A MI ME TOK IRME A FAVOR DE LA INFIDELIDAD POR UN DEBATE QUE HAY EN MI KOLE PERO EN REALIDAD YO VOY TOTAL EN KONTRA

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    1. x2 a mi tambien para un debate pero yo si estoy en contra

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  2. buenisima publicacion :D fue genial para mi trabajo y estoy de acuerdo con lo q puso

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