martes, 8 de febrero de 2011

Una vuelta a la foch

Me gusta pasear en auto por la tan conocida plaza foch, o como suelen decirle desde hace algún tiempo “la zona”. Aunque su verdadero nombre es la plaza del quinde, pero supongo que nadie utiliza el nombre propio por ignorancia, o porque de la otra forma suena “más mejor”.

La zona, ha sido desde siempre una de las zonas de mayor crecimiento económico y turístico. Ya son íconos, lugares tales como el Coffe Tree , donde curiosamente lo que menos se vende es café, el bungalow 6, sitio que le ha dado sentido a la palabra “gringuear”, el Ocena, discoteca que se defiende del tiempo y de hundirse, así como el blackout, donde se citan la música, el baile, y uno que otro hetero confundido.

La belleza de la plaza foch, radica en su capacidad de contener varias culturas, sin que estas necesariamente entren en conflicto, y por ende se crea un ambiente de tolerancia y por lo general, un no sano esparcimiento.

Me gusta ir en auto pasando la Colón de norte a sur por la Amazonas. Allí me esperan tantos restaurantes por visitar, tantos shawarmas “de a dólar”. Tantos bares que me esperan con cervezas y brazos abiertos al ingreso, y con una patada en el trasero y resaca a la salida. En verdad hay cientos de opciones: restaurantes gourmet, temáticos, discotecas, clubs, lounges, bares, cafés, huecas, bistrós, hostales, etc. Lo único que aburre es que a pesar de la variedad de opciones que ofrece la foch, todos van para realizar 2 actividades principales: beber y beber.

Las filas de autos entrando a la plaza para buscar arreglar el viernes de noche, decoran la bella noche con el sonido del habitante más famoso de Quito, el pito. Algunos buscan parqueadero, otros a algún amigo que ya va adelantando la farra por su cuenta. Y entre los mares de autos y de gente, se crea una marcha armoniosa, solo interrumpida a veces por el chumadito que se cayó en media calle o el que armó relajo porque le “quedaron viendo” a la novia.

Existen tantas esquinas con mujeres (digo mujeres por concepto y no por definición técnica) de la vida alegre que no suele ser alegre. Lo que más asusta, y por ende atrae, de las chicas de risa fácil, y buenas curvas, es a veces el saludo de algunas/os. No es la frase con la que se acercan, sino la voz ronca que hace que te despidas rápido.

Divisaremos muchos policías muertos de frío, esperando hacer las chauchas de la noche con un auto mal parqueado pero nunca con un ladrón en huída. Con un grupo de jóvenes en “veredaso”, pero nunca con un vendedor de grifa. Es común encontrarlos en bandadas (como cuervos) caminando y recordando el 30 de septiembre con orgullo en el corazón, polillas en la billetera y un extraño sentido de la honestidad y el deber cumplido. A veces me pregunto si les pagan extra por poner cara de… chapa. “Servir y Proteger” dice en sus Luv D-Max, aunque creo que se equivocaron, pues debería decir “Servidos. Ahora protejanse…”.

Por otro lado tenemos a los proveedores de susutancias psicotrópicas, tan apetecidas entre el público. Pasear por la foch es encontrarse con dealers que estafarán a gringos dándoles harina con perica a un muy sobrevaluado precio, para alcanzar un muy sobre-volado estado. No neguemos tampoco el uso de la mercancía por la población autóctona, donde quien se las de de muy conocedor, saldrá con una funda de césped y 20 dólares menos en la billetera.

Pero entre toda la fauna del lugar, los seres más escurridizos y que le ponen esa adrenalina a la plaza foch, sin la cual, simplemente no sería la misma son los amigos de lo ajeno que trabajan a doble jornada de jueves a sábado y deciden sustraer lo que creen que al resto le estorba. Ya saben, dinero, joyas, relojes, carteras, cosas por las que NO vivimos trabajando para conseguirlas. Siempre tan considerados por quitarnos un peso de encima con el correspondiente “Quédate frío chuggggggcha o te mueres”. Hace tanto que no me asaltan, creo que debo regresar a “la zona” para ponerle emoción a mi vida otra vez.

Me gusta pasear en auto por la foch.

Ni cagando voy a pie.

1 comentario:

  1. Excelente tu nota, creo que no te falto nada.
    Esta es la clase de cosas que quiero leer en vez de la mierda que ponen en la guias turisticas de la cuidad.

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