domingo, 20 de febrero de 2011

Así me suena Quito estos días...

Hoy estaba pensando en lo que Quito tiene para ofrecernos, aparte de calles mal asfaltadas y altos índices de crimen. Me dí cuenta de que la lista no era muy larga. Me dí cuenta de que no había una lista.

La tonada de todas las semanas son hamburguesas de cartón vendidas por empleados subvalorados. Son farras de 10 dólares no consumibles, en potreros minimalistas. La tonada es radio Disney o 107.7 “yo le meto mi ESTAIL”. La tonada empieza a aburrirme.

La tonada es prender el televisor, y ver a 2 semi modelos, 2 payasos y un marica (sin ofender a la comunidad gay) hablando de la farándula nacional. Empecemos por el punto en que si de hecho tienes que decir “farándula nacional” tal cosa no existe, y suelen ser los 15 minutos de fama que predicó Andy Warhol, aplicados a la fauna tricolor.

La tonada es escuchar discusiones más, discusiones menos y no ver llegar a un acuerdo. La tonada es el gobierno a favor, y la oposición en contra, o viceversa. La tonada sigue siendo la negociación de los intereses individuales antes que los colectivos.

La tonada es que no eres nadie sino tienes dinero, no importa si es dinero mal habido. La razón dejó de importar el momento en que los cheques comenzaron a llegar. Como decía un vendedor ambulante “el que es rico, rico se queda, el que es pobre de igual manera”.

Son taxistas que quieren cobrar la carrera como si te llevaran en primera clase de American Airlines. Son iglesias que cobran peaje. Son cielos que dejaron de ser azules a mediodía, y ríos, ya no de agua, sino de autos. Son chapas que vuelven a cobrar peaje.

La tonada es la vida que se va sin que podamos aun hacer nada por detenerla. Son los gritos en silencio de quienes lloran a los que dejaron un pequeño charco de sangre en alguna vereda de esta ciudad. Son las quejas de la inseguridad. Son los paseos millonarios. Son las conversaciones de los que están en contra, pero aún así no hacen nada. Son las sonrisas del que anda construyendo “el Quito que queremos”.


Últimamente no me gusta la tonada. No sé si cambiará con el tiempo y francamente sí me importa. Una puteada no resuelve nada, pero no vine a resolver nada. No escribo para solucionar la vida. Hace mucho que quemé el manual de Carreño y use a la biblia para nivelar la mesa. Pero la tonada seguirá hasta que al último de nosotros le hagan formar parte de los caídos en batalla o decida irse a vivir al valle.

Pd: Consejo: instale directTV, TVcable o queme el televisor.

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