viernes, 13 de abril de 2012

Porque puedo


Hoy, mi amigo Jorge Delgado (@jordelgado) me recordó que no había escrito nada en el blog desde el 20 de Marzo. Me avergüenza el hecho de no tener nada que escribir estos días, más aún cuando un gran cambio en mi vida está a punto de suceder, y por eso justamente me he concentrado en hacer algo que no hacía hace mucho tiempo. No, no es estar sobrio. Es, sencillamente vivir.

Estos días han sido una válvula de escape de la cotidaneidad en la que me ví envuelto los últimos meses. Despertar, cocinar, ir al gimnasio, trabajar, beber, dormir. Repita la operación durante 5 días a la semana, todas las semanas, y tendrá un buen escritor, pero un tipo amargado.

Esto no es una queja, ya que yo mismo escogí esa rutina por motivos que no vale mencionar puesto que ya no vienen al caso. Durante este tiempo he e conocido gente genial, pero más que todo he redescubierto a la gente que me rodeaba y que sin embargo, eran invisibles para mí en ese entonces.

He podido saborear estas últimas semanas, el exquisito deleite de una conversación sincera. He confesado dolores que han dejado de doler, a pesar de que la marca que dejaron será imposible de borrar. Me he alegrado con las alegrías del resto (muy extraña emoción). He bebido no por necesidad, sino por gusto. Me ha dejado de importar lo que jamás debió preocuparme, pero que me jodía los días y a veces las noches. He dejado de pretender ser, y he empezado a ser. Me he portado como un cabrón y me molesta que no me moleste en absoluto. He querido sin haber tenido un motivo. Me he divertido mucho.

No se trata de ir a una discoteca, beberse la barra libre (que también lo he hecho, y es divertidísimo las primeras 2 horas) y cantar a toda puta viva voz “Me Vale” de Maná. Simplemente se trata de concentrarse en lo que uno quiere, sea este objeto de afecto una mujer, una carrera, una meta, un propósito o tan solo el momento, y disfrutarlo sin miedo a que su tiempo caduque, a que su importancia expire. Se trata de gritarle “Me Vale” a la vida, al mediodía de un día cualquiera sin ninguna razón adicional a la del sentimiento actual. Y sí, debería pedir perdón por la grocería que dije en este párrafo. Prometo no volver a nombrar al grupo mexicano de nuevo.

Siento que con este texto intento justificarme, cuando lo que quise desde el inicio fue compartirles un giro de 180 grados que ha empezado a suceder a partir de varios factores que derrumbaron el modus operandi de lo que hasta hace algún tiempo era este servidor.

Así que jodan, tiren, beban, recen, trabajen, jueguen, viajen, coman, amen, odien. LEAN. En fín, hagan lo que les de la puta gana.

¿Por qué? Fácil. Porque pueden.

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