miércoles, 25 de julio de 2012

Si Iron Man fuera ecuatoriano


Si Iron Man hubiera nacido en el reino de banania, osea Ecuador, primero que no se llamaría Aironman. Ni siquiera le hubiéramos bautizado como “El Hombre de Hierro” sino algo del estilo “El man de lata” y se lo confundiría en medios impresos como un habitante de Latacunga. Los medios le sacarían en la sección de prensa rosa, mientras el círculo ros… digo el gobierno lo calificaría como “fruto de la inversión en ciencia y tecnología que, a pesar de ser virtualmente inútil, no hay que olvidar que anteriores gobiernos jamás lo hicieron”.

Nuestro “héroe” no se llamaría Tony Stark, sino Estiven Guzmán, y su empresa no sería “STARK Industries” sino Guzmán y hermanos, y tampoco se hubiera dedicado a la innovación de tecnología armamentista o a la generación de nueva energía sino a la importación de llantas o a la consultoría. No manejaría un AUDI R8, sino un Corsa tuneado.

La señorita Pepper Pots en lugar de ser la bella, inteligente, discreta y delicada secretaria de IronMan, hubiera sido alguna exreina de belleza con un título de bachillerato a duras penas, y con un puesto en algún programa tipo “Vamos con Todo”. Tampoco se apellidaría Pots, y adoptaría el apellido “de Guzmán” para poder aparecer en la sección sociales de la revista COSAS.

El taita del Estiven sería un político de los jurásicos, con mucho dinero, que lo mandó a las mejores universidades de Estados Unidos. Pero el Estiven solo se la pasó chupando y agarrando con cuanta gringa pudo. Al final, algo algo le quedó, y con eso pudo diseñar el traje IronMan, que en un inicio era un disfraz para la fiesta de Halloween la empresa.

En lugar de tener al “Reactor Ark” en el pecho, tendría una cadena de oro comprada en la bahía junto a un rosario que le regaló su mamá en su bautizo. Además el traje no funcionaría con la energía de tal reactor, sino con un huevo de pilas doble A recargables, y estaría hecho de una aleación de latas de pilsener con varillas robadas de la construcción del vecino. Tampoco podría volar, porque eso significaría tener que matricular el traje, comprar el SOAT, y sacar licencia de piloto. El traje se quedaría en la casa los martes por el Pico y Placa y los índices de delincuencia subirían tanto como los pedidos de las pizzas en ese día. Y en caso de poder volar, no podría ir a más de 50km/h en zonas urbanas, porque sino iría preso. Eso sí, en perimetral agarría una sorprendente velocidad de 90km/h aunque siempre le rebasaría, por la derecha, algún hijo de papi en su bmw.

Llamaría a su mamá antes de cada “misión” a pedir la bendición. El color del traje sería dorado con rojo, pero además le añadiría una franja azul cuando juegue la selección. Y después de no clasificar al mundial, le pondría una camiseta del quito afuera del traje para cuando se quede sin baterías el traje, los taxis le cobren la mitad de la carrera. Le pintaría un "Jesús es mi gps" aunque el traje no llevara ni radio am.


Viviría en la Gonzales Suarez por la cercanía a los hot-dogs. No pelearía contra la delincuencia pasadas las 6 de la tarde por miedo a que le roben el traje o le den el vire como a la “bestia” Quiñonez, pero sí pelearía afuera de los bares cuando se chume. Y le sacaría la “pugta” a todos, argumentando que “él sí tiene las bolas de acero”, mientras Pepper de Guzmán, reiría en silencio.


Y tampoco le hubieran invitado a formar parte de los Avengers. Pero seguro le invitaban a la diablada de Pillaro.

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